Publicación: Zija Xholi, "Socialist
Revolution - The Only Road of Social Progress", en Albania
Today, n� 5 (36) /1977, p�ginas 18 a 21.
Traducción: Escaneado y digitalizado para
el blog Cr�tica Marxista-Leninista,
por Ykv. Pk., en base a Zija Xholi, "Socialist Revolution - The Only
Road of Social Progress", Albania
Today, n� 5 (36) /1977.
Esta edición electrónica: Marxists Internet Archive,
enero de 2017. Tomado de "La
revoluci�n socialista: El �nico camino del progreso social" en blog Cr�tica Marxista-Leninista
(publicado 26 de septiembre de 2013).
El VII Congreso del PTA, el hist�rico informe del camarada Enver Hoxha y todos sus otros documentos, constituyen un profundo an�lisis cient�fico de principios �lleno de conclusiones revolucionarias� de las condiciones en las que se desarrollan la construcci�n del socialismo en nuestro pa�s y el actual movimiento comunista y obrero del mundo en su conjunto. Una de estas conclusiones es la tesis de que �el mundo est� en una etapa en que la cuesti�n de la revoluci�n y la liberaci�n nacional de los pueblos no es s�lo una aspiraci�n y una perspectiva, sino tambi�n un problema planteado que espera soluci�n�.
En sus trabajos te�ricos, Marx y Engels hicieron un an�lisis de los mecanismos internos de la sociedad capitalista, ahondaron en sus secretos m�s profundos y descubrieron que el orden capitalista se mueve de manera irrevocable hacia su destrucci�n, que esta destrucci�n ser� la obra del proletariado que llevar� a cabo la revoluci�n socialista y establecer� su propia dictadura. El desarrollo de la historia ha confirmado plenamente esta conclusi�n de Marx. El capitalismo muy pronto revel� sus males incurables. R�pidamente se convirti� en un escenario de feroces batallas de clase por la revoluci�n, por el establecimiento del poder estatal proletario.
Las nuevas caracter�sticas que el capitalismo adquiri� con su transici�n al imperialismo hicieron a�n m�s profundas todas las contradicciones internas irreconciliables del capitalismo, convirtieron al capitalismo en un sistema agonizante y en descomposici�n, en un orden que est� en v�speras de la revoluci�n. �El imperialismo, dijo Lenin, es la antesala de la revoluci�n social del proletariado. A partir de 1917 esto ha sido confirmado a escala mundial.�
El an�lisis del imperialismo de Lenin conserva toda su fuerza y validez, su previsi�n de que la revoluci�n social del proletariado es la �nica alternativa se conserva inconmovible en la actualidad. D�a a d�a, el mundo del capital y la burgues�a trae malas noticias, muchos signos abiertos o indirectos, que hablan de la creciente gravedad de todas las contradicciones b�sicas del imperialismo: entre los todopoderosos monopolios y las masas trabajadoras, entre el imperialismo y los pueblos oprimidos, y entre los propios imperialistas. Ellos dan testimonio de la profundizaci�n de la crisis general que se ha apoderado de todos los aspectos de la sociedad burguesa-revisionista, ya sean econ�micos y pol�ticos o ideol�gicos y culturales, de toda su base y superestructura.
El cierre y la quiebra de cientos de miles de f�bricas y plantas en todos los pa�ses capitalistas sin excepci�n y, sobre esta base, el creciente desempleo cr�nico de millones y millones de trabajadores (m�s de 100 millones en la actualidad); el aumento del costo de vida, que aumenta no s�lo cada a�o sino cada mes y cada d�a; la anarqu�a de la producci�n, que adquiere cada vez mayores proporciones; la crisis monetaria y cambiaria, en la que todo el sistema de pagos e intercambios empieza a tambalearse; muestran con mayor claridad que el sistema capitalista basado en el poder absoluto de los insaciables monopolios es incapaz de administrar las fuerzas productivas de la sociedad, que las destruye en masa, privando a la sociedad de cualquier posibilidad de desarrollo. El sistema capitalista sigue siendo lo que siempre ha sido, un sistema de explotaci�n del hombre por el hombre, un sistema de enorme miseria y pobreza, un sistema que cobra millones y millones de vidas. Por su propia existencia, el imperialismo convierte al proletariado en una fuerza de oposici�n, le empuja inevitablemente hacia la revoluci�n, no le deja otro camino de salvaci�n que no sea levantarse contra el sistema y establecer mediante la violencia su propia dictadura, la dictadura del proletariado.
La otra contradicci�n t�pica del capitalismo, tambi�n, la contradicci�n entre las potencias imperialistas por el reparto y el nuevo reparto del mundo, se ha vuelto m�s feroz que nunca. Hoy en d�a, estas superpotencias, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo sovi�tico, se enfrentan entre s� con un salvajismo sin precedentes. Con su pol�tica de expansi�n y hegemon�a, su fren�tica carrera armamentista para equiparse con las armas m�s poderosas, se han convertido en un peligro permanente, una amenaza cotidiana a la libertad y a la seguridad de muchos pueblos, grandes y peque�os, distantes o cercanos, en todos los continentes. Mientras existan, ning�n imperialismo puede renunciar a su tendencia agresiva. La agresi�n es la naturaleza misma del imperialismo. Con la presi�n que ejercen sobre los pueblos, con las conspiraciones que urden cada d�a contra su libertad e independencia, con la nueva guerra mundial que est�n preparando activamente, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo sovi�tico se han convertido en los principales enemigos de los pueblos. En estas circunstancias, los pueblos no tienen otra alternativa que lanzarse a la lucha de liberaci�n, el proletariado no tiene m�s remedio que levantarse en una revoluci�n violenta y establecer su poder estatal. El triunfo sobre la burgues�a de su propio pa�s es tambi�n la condici�n principal para que el proletariado pueda hacer frente a la amenaza planteada por las dos superpotencias. La burgues�a de los distintos pa�ses est� vinculada de una manera u otra con tal o cual superpotencia. Esto hace que sea absolutamente necesario que el proletariado, que avanza hacia la revoluci�n, mientras lucha contra su propia burgues�a, no deba olvidar el peligro proveniente de las superpotencias; y mientras lucha contra la amenaza planteada por las superpotencias, no debe olvidar a su propia burgues�a que le oprime y explota. La lucha contra su propia burgues�a y la lucha contra la amenaza de las superpotencias no constituyen dos problemas distintos, sino dos aspectos de un mismo problema, que s�lo la revoluci�n del proletariado y su poder estatal puede resolver de una vez por todas.
Al igual que en el pasado, el imperialismo mundial, en especial los dos imperialismos m�s rapaces y m�s salvaje de nuestro tiempo, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo sovi�tico, no puede prescindir de la opresi�n y la explotaci�n de sus propios pueblos, ni de la opresi�n y la explotaci�n de otros pueblos de continentes enteros, como Asia, �frica y Am�rica Latina, que en un tiempo fueron colonias y semicolonias. Es cierto que hoy en d�a, el sistema colonial del imperialismo ha sufrido fuertes golpes y se desintegra. Tambi�n es cierto que en algunas zonas del mundo, como Vietnam y Camboya, el imperialismo norteamericano ha sufrido irreparables derrotas. Pero esto no disminuye la amenaza imperialista sobre esos pueblos, no suprime la lucha de liberaci�n nacional del orden del d�a. En su fren�tica competencia por la explotaci�n, la dominaci�n y la hegemon�a, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo sovi�tico siguen una pol�tica t�picamente colonialista y neocolonialista. Est�n dispuestos a usar cualquier intriga o chantaje con el fin de enredar a estos pa�ses en sus esferas de influencia, para establecer bases militares en ellos, para transformarlos en bases de agresi�n e intimidaci�n. Adem�s de esto, la grave crisis econ�mica que se ha apoderado del mundo imperialista hace a las potencias imperialistas m�s desesperadas y salvajes en sus esfuerzos por hundir sus garras en los recursos econ�micos y humanos de esos pa�ses y por trasladar la carga de la crisis sobre sus espaldas. La situaci�n se vuelve a�n m�s tr�gica cuando, en muchos pa�ses, como Brasil, Tailandia, Indonesia, Chile, etc., los reg�menes dictatoriales fascistas que se han convertido en instrumentos del imperialismo se han puesto a la cabeza de los asuntos y llevan a cabo una pol�tica de puertas abiertas, la pol�tica de traici�n a los intereses supremos de los pueblos de sus pa�ses. Todas estas circunstancias despiertan a los pueblos y los lanzan a la lucha de liberaci�n nacional contra el imperialismo. Mientras est� dirigido contra el imperialismo mundial, y sobre todo, contra los imperialismos m�s salvajes y agresivos, como el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo sovi�tico, el movimiento de liberaci�n nacional de los pueblos del mundo es el aliado natural y una poderosa reserva de la revoluci�n proletaria, del mismo modo que la revoluci�n proletaria y los pa�ses verdaderamente socialistas son el soporte confiable de la lucha revolucionaria y los movimientos de liberaci�n de los pueblos.
El marxismo-leninismo nos ense�a que, en la �poca actual, el mundo se divide en dos mundos diametralmente opuestos que se est�n enfrentados entre s�: el mundo del proletariado, de la revoluci�n y el socialismo, en el que la clase obrera y los pueblos oprimidos han vuelto sus ojos, y el mundo de la burgues�a, de la contrarrevoluci�n imperialista-revisionista, a la que miran todas las fuerzas contrarrevolucionarias, con los dos gendarmes del mundo, el imperialismo norteamericano y el socialimperialismo sovi�tico, a la cabeza. Una correcta concepci�n clasista materialista de la realidad social de hoy excluye cualquier otra perspectiva de desarrollo y avance que est� fuera de la revoluci�n y del movimiento de liberaci�n antiimperialista.
Sobre la cuesti�n de la evaluaci�n de nuestra �poca, de la relaci�n entre las clases en el mundo y, en consecuencia, de la estrategia y la t�ctica del proletariado y su partido, el PTA defiende la tesis de Lenin que, ya en 1921, cuando s�lo exist�a un Estado socialista en el mundo �la Uni�n Sovi�tica�, escribi�: �En el mundo de hoy existen dos mundos, el viejo mundo del capitalismo, que est� en estado de confusi�n, pero que nunca se rendir�, y el naciente nuevo mundo, que sigue siendo muy d�bil, pero que va a crecer, porque es invencible�. A la luz de esta clara tesis de Lenin y la concepci�n materialista dial�ctica de la historia se ve cu�n infundada es la llamada teor�a de los �tres mundos�. Te�ricamente, esta tesis antileninista es err�nea, porque da una imagen distorsionada del mundo actual y de las tendencias de clase reales que operan en ella; pol�tica y pr�cticamente, es perjudicial porque, al ignorar al socialismo como sistema social, hace caso omiso de la m�s profunda contradicci�n de los tiempos, entre el socialismo y el capitalismo, lo que conduce al debilitamiento de la dictadura del proletariado en los pa�ses donde se est� construyendo el socialismo, mientras llama al proletariado mundial a no luchar, a no levantarse en revoluci�n socialista. Mientras la concepci�n marxista-leninista de nuestra �poca y sus contradicciones, que son: la contradicci�n entre trabajo y capital en los pa�ses capitalistas, la contradicci�n entre los pueblos y las naciones oprimidas y el imperialismo, las contradicciones entre las potencias imperialistas, argumenta a favor de la revoluci�n proletaria y abre perspectivas brillantes para ella, las teor�as antileninistas de los �tres mundos�, del �no alineamiento�, etc., tienen por objeto impedir la revoluci�n, abandonar la lucha contra el imperialismo y el socialimperialismo, escindir al movimiento marxista-leninista y la unidad del proletariado.
Un hecho significativo, que demuestra que no hay salida aparte de la revoluci�n del proletariado, es el fracaso sistem�tico y continuo de los planes de los gobiernos imperialista-revisionistas de escapar de la crisis. En todos los pa�ses imperialista-revisionistas, sin excepci�n, desde Estados Unidos a Jap�n, desde la Uni�n Sovi�tica a los pa�ses revisionistas europeos, la inflaci�n va en aumento, el costo de vida se est� elevando, el desempleo se est� extendiendo, la degeneraci�n es cada vez m�s desenfrenada, y la reacci�n m�s salvaje d�a tras d�a y a�o tras a�o. La causa subyacente de los sucesivos fracasos en cada pa�s capitalista-revisionista es que los gobiernos tratan de resolver sus contradicciones y escapar de la crisis en las condiciones del orden capitalista-revisionista existente, preservando este orden. Esa es una tarea imposible. Las crisis, la degeneraci�n y la corrupci�n son inevitables compa�eros de viaje del capitalismo y tienen sus ra�ces en este sistema de opresi�n y explotaci�n. La �nica salida es la que el marxismo-leninismo ha revelado y verificado, la que el PTA defendi� y ha defendido una vez m�s en su VII Congreso. Este camino es la revoluci�n socialista, el derrocamiento violento de la burgues�a imperialista-revisionista y el establecimiento de la dictadura del proletariado.
En sus esfuerzos por encontrar un paliativo para la crisis del sistema capitalista, los gobiernos capitalistas han conseguido la ayuda y colaboraci�n de los partidos revisionistas y los sindicatos reformistas. Los partidos revisionistas de Italia y Francia, de Espa�a y Portugal, hace tiempo que han dejado de hablar de la revoluci�n y el proletariado. En lugar de la revoluci�n violenta del proletariado, los revisionistas italianos hablan y luchan por el �compromiso hist�rico�, por la alianza con los principales partidos de la burgues�a de Italia. Por su parte, los revisionistas franceses alegan que, en las condiciones del capitalismo actual, el proletariado ya no existe, que se ha convertido en una clase trabajadora, y que, por consiguiente, la transici�n al socialismo se produce a trav�s del desarrollo de las libertades y la democracia burguesas. En las tesis de los revisionistas franceses y su jefe, Marchais, no hay nada original. No son m�s que un renacimiento de las ilusiones difundidas por el padre del revisionismo moderno, el renegado Kautsky, criticadas y desenmascaradas por Lenin. Como Lenin explic�, no hay tal cosa como la democracia pura. Cualquier tipo de democracia es la dictadura de una clase para suprimir otra clase. En este sentido, la democracia burguesa, igualmente, no es m�s que una dictadura en manos de la burgues�a para reprimir a la clase obrera y a las masas del pueblo trabajador. Lenin tambi�n demostr� qui�n crea y qui�n necesita de la ilusi�n de la �democracia pura�. �Es valioso para la burgues�a, explic� Lenin, que la necesita para ocultar al pueblo el car�cter burgu�s de la democracia de hoy en d�a, para presentarla como la democracia universal, como democracia pura, y repitiendo esto, los Scheidemann , como los Kautsky, en realidad, est�n abandonando el punto de vista del proletariado y se ponen del lado de la burgues�a�. Contra la posici�n burguesa de Kautsky, Lenin plante� el punto de vista revolucionario proletario, el punto de vista de la sustituci�n de la dictadura de la burgues�a, aunque se disfrace como �la rep�blica m�s democr�tica�, con la dictadura del proletariado.
Desde que Lenin escribi� estas l�neas han pasado muchos a�os y han tenido lugar muchos eventos, todos los cuales han demostrado que la �democracia pura�, la �democracia para todos�, es un fraude total. En realidad se trata de una forma de dictadura que la burgues�a mantiene siempre que le sea �til y la abandona tan pronto como sus intereses requieren pasar a formas m�s salvajes de violencia y terror. Los sangrientos acontecimientos en Indonesia y, despu�s, en Chile, han demostrado una vez m�s, a la clase obrera y las amplias masas trabajadoras de estos pa�ses y al proletariado mundial, que la legalidad burguesa y la democracia burguesa no son el m�s m�nimo obst�culo para la burgues�a, cuando llega el momento para establecer su dictadura fascista y ahogar en sangre la lucha de liberaci�n del proletariado y las amplias masas del pueblo trabajador.
A la luz de las ense�anzas de Lenin, a la luz del an�lisis materialista dial�ctico de la situaci�n en los pa�ses capitalista-revisionistas que se mueven hacia la revoluci�n, est� claro que el camino de la �transici�n al socialismo� a trav�s de la �competencia econ�mica� predicada por los revisionistas sovi�ticos, a trav�s del �compromiso hist�rico� anunciado por los revisionistas italianos, y a trav�s de la �extensi�n de las libertades y la democracia burguesas� publicitada por los revisionistas franceses, son los caminos de los renegados de la revoluci�n proletaria, de los traidores al marxismo- leninismo, los caminos hacia la completa sumisi�n a la dominaci�n capitalista.
Lenin elabor� y desarroll� la teor�a de la revoluci�n y la dictadura del proletariado, as� como todos los otros grandes problemas de la teor�a y la pr�ctica revolucionaria, en lucha contra los defensores abiertos o encubiertos del capitalismo. Lenin hizo hincapi� en que �la �nica l�nea marxista en el movimiento obrero del mundo� es �dejar en claro a las masas la necesidad absoluta e inevitable de romper con el oportunismo, educarlas para la revoluci�n a trav�s de una lucha sin cuartel contra el oportunismo�. El PTA ha puesto en la base de toda su actividad esta tradici�n leninista de desenmascaramiento despiadado y lucha implacable contra los enemigos revisionistas del marxismo-leninismo. Ha continuado esta tradici�n en su VII Congreso. En su informe al Congreso, el camarada Enver Hoxha despoj�, uno por uno, todos los disfraces que el revisionismo utiliza hoy en d�a, desde el abierto anticomunismo de Marcuse y Garaudy hasta el de Berlinguer, Marchais y Carrillo, desde el seudosocialismo de los revisionistas sovi�ticos hasta el de los revisionistas yugoslavos. Demostr� el gran peligro que el revisionismo moderno representa para la vida de los pueblos, para la causa de la libertad y el socialismo en el mundo. La lucha contra el revisionismo ha sido y sigue siendo una condici�n previa indispensable para el triunfo de la revoluci�n socialista y el establecimiento de la dictadura del proletariado.
�Cu�ntas veces, en el curso del siglo o m�s, desde que el nombre de Marx se hizo conocido y desde que naci� el marxismo, los reaccionarios y revisionistas han declarado �enterrado� al socialismo! �Cu�n alto han gritado que �la revoluci�n se ha vuelto innecesaria�, que �el capitalismo ya no es lo que era antes�, que �ha encontrado en s� misma la fuerza para salir de la crisis�! �Cu�ntas veces ha sido declarado �obsoleto� el marxismo-leninismo, dejado atr�s por �nuevas doctrinas creadoras� que supuestamente responden a las nuevas circunstancias y condiciones! Sin embargo, la dial�ctica de la historia se ha desarrollado de tal manera que los enemigos del marxismo han sufrido una derrota y han sido borrados, que aquellos que lo negaron han sido olvidados y nadie les dedica un pensamiento, (excepto, tal vez los desagradables), mientras que la causa del proletariado y de la revoluci�n ha sido construida con mayor fuerza y vitalidad.
La situaci�n actual en el mundo es turbulenta. La pol�tica y la actividad de la burgues�a imperialista, en especial de la burgues�a imperialista de las dos superpotencias, son la verdadera causa de esta grave situaci�n. Las dificultades y los obst�culos que la lucha de clase del proletariado tiene que vencer son grandes. Pero a trav�s de esas dificultades y obst�culos la revoluci�n socialista est� avanzando y la lucha de liberaci�n de los pueblos va en aumento. �La revoluci�n socialista y la dictadura del proletariado�, dijo el camarada Enver Hoxha en el VII Congreso del PTA, �son una necesidad hist�rica, y no hay fuerza que pueda evitar que ocurran�. Con esta seguridad, el proletariado vive y lucha hoy en las barricadas de la lucha de clases y la revoluci�n.