Ottilie Baader

 

Del Informe de la delegación alemana a la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas

 


Redacción: Extracto del informe de la delegación alemana a la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Stuttgart (1907), redactado por Ottilie Baader.
Fuente del texto: Ottilie Baader, “Internationale Sozialistische Frauenkonferenz zu Stuttgart : den Anregungen ausländischer Genossinnen folgend, beruft die Unterzeichnete im Auftrag der deutschen Parteigenossinnen hiermit die Erste Internationale Konferenz Sozialistischer Frauen auf Sonnabend den 17. August nach Stuttgart (Württemberg) ein”. Die Gleichheit: Zeitschrift für die Interessen der Arbeiterinnen. Stuttgart, 1907, Jg. 17, Nr. 15, S. 123; Págs. 6-7.
Fuente de la  Traducción: Cintia Frencia & Daniel Gaido, 2016, El marxismo y la liberación de las mujeres trabajadoras: de la Internacional de Mujeres Socialistas a la Revolución Rusa. Ariadna Ediciones, Santiago - Chile; pág. 70.


 

 

Las proletarias están ligadas por la más profunda solidaridad de intereses de clase con el proletariado masculino, y están separadas,por una contradicción insalvable de situación de clase y de intereses de clase,de las mujeres burguesas. Así como el movimiento de mujeressocialistasestá ligado en solidaridad constante con el movimiento obrero revolucionario por los objetivos compartidos y por los medios para alcanzarlo, está, por otro lado, profunda y fundamentalmente separado del movimiento de mujeres burgués.Las reformas a las que éste aspira son incapaces de abolir la opresión política y social de la enorme mayoría del sexo femenino por las clases propietarias y explotadoras. El movimiento de mujeres socialistas es, por el contrario, una parte del movimiento proletario-revolucionario. Su objetivo es la revolución social y la supresión de la sociedad burguesa. Lucha por la igualdad de derechos del sexo femenino, así como por las otras reformas que demanda al igual que el movimiento de mujeres burgués, como medios hacia un fin, que es la lucha contra el ordencapitalista y su derrocamiento, mientras que las sufragistas burguesas quieren apoyar y mantener dicho ordensocial a travésdel sufragio femenino. Alguienpodría quizás opinar que, a pesar de todo, en la lucha por las reformas en cuestión sería posible de vez en cuando hacer causa común entre los movimientos de mujeres socialista y burgués, y que ambos podrían marchar separados pero golpear juntos. Esto queda excluido por la insuficiencia de las demandas que presentan las sufragistas, y por la endeblez con las que las defienden. Semejante “marchar separados y golpear juntos” solo sería posible al precio de que las mujeres socialistas retrocedieran en lugar de avanzar, de que moderaran sus demandas

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