J. J. Morales Hernández

Noche y Neblina

 

 

LA GUERRA SUCIA

 

El periodo que en México es conocido como de “guerra sucia” y que abarca década y media —desde fines de los sesentas a principios de los ochentas—, es llamado así en referencia directa a la forma en que el Estado mexicano condujo las acciones de contrainsurgencia para contener la insurrección popular. Las autoridades responsables de la seguridad del país implicaron al Ejército Mexicano en actos contrarios al honor, a la ética y al derecho. Actos de tal suerte inicuos que “lo sucio” de la “guerra sucia” implica “crímenes de lesa humanidad” que demandan del Estado mexicano que los responsables sean llevados a juicio, se les castigue y se forjen condiciones, estableciendo políticas de Estado que respeten los límites que impone un estado de derecho, para que jamás se vuelvan a repetir hechos tan ominosos.Las instituciones militares, las de procuración y administración de justicia y las de representación popular fueron utilizadas como estructuras criminales con cuyos recursos y a cuyo cobijo se realizaron y se protegieron crímenes que, de manera sistemática, agraviaron a amplios sectores de la población y a combatientes prisioneros, sin reconocerlos como prisioneros de guerra, ni darles el trato como tales.

Los integrantes de los grupos nacionales que optaron por modificar las condiciones políticas del país, recurriendo a las armas, fueron también considerados como objetivo de aniquilamiento y destrucción. Las operaciones militares y los operativos policiacos con los que eran perseguidos, no pretendían detener, someter, y poner a disposición de autoridad competente a los presuntos delincuentes; sino que estaban diseñados para capturar, someter, torturar, desaparecer temporal o definitivamente a los detenidos y, en muchos casos, ejecutarlos extrajudicialmente.

En varios operativos, no se intentó detener a los integrantes de estos grupos, sino tirarles a matar. Esta forma de exterminio se complementó con otros mecanismos en los que se tomaban rehenes a familiares y amigos, varios de los cuales terminaron desaparecidos. O bien, después de torturar y desaparecer temporalmente a sus víctimas, entregarlos a la autoridad competente con las confesiones obtenidas por medio de la tortura, para que sirvieran de base y machote de declaraciones inculpatorias con las que mantenían detenidos a los que lograban salvarse de la desaparición permanente.

La policía tenía listas de los “fugitivos’”, que eran los candidatosa ser desaparecidos mediante los procedimientos señalados, cuando fueran capturados. Esta política de Estado, de aniquilar a los integrantes de los grupos disidentes que no pueden controlar, se ejemplifica en los casos expuestos; sin embargo, es la misma política seguida en contra de los grupos estudiantiles en provincia, de los movimientos sociales que ampliaban su base social o cobraban visibilidad.

Al Ejército se le permitió realizar operaciones de contrainsurgencia en un contexto que el derecho internacional humanitario reconoce como “conflicto interno”, protegido por los Convenios de Ginebra y que México ha suscrito, donde se cometieron terribles crímenes de guerra que transgreden el orden constitucional, que no se pueden amparar en el fuero militar, y que son considerados por el derecho internacional como de lesa humanidad e imprescriptibles. Los crímenes que se imputan a las fuerzas armadas y a las fuerzas de seguridad tienen que ver; 

a) Con el derecho de guerra;

b) Con las garantías individuales que todo Estado está obligado a salvaguardar aun en estado de emergencia; y

c) Con los derechos humanos fundamentales establecidos en la Constitución, en el derecho internacional y en la legislación vigente del país.

Los crímenes que se documentan con testimonios y evidencias en este trabajo permiten concluir que el Estado mexicano es responsable de crímenes de lesa humanidad.

La opinión pública se enteró de la guerrilla de manera limitada y distorsionada, con calificativos como el de vulgares delincuentes, o el de terroristas, pero veamos cual es la diferencia entre guerrillero y terrorista:

 

Diferencia entre terrorista y guerrillero en su aspecto jurídico- criminológico.

El Estado-Gobierno en su afán de desprestigiarnos, nos calificó de terroristas, haciéndolo deliberadamente para desvirtuar ante la población la verdad histórica y la pureza de nuestro movimiento; si antes no lo pude hacer (por razones obvias), es ahora que lo hago y señalo los diametralmente opuestos conceptos de lo que es un terrorista y un guerrillero.

Desde el punto de vista criminológico el terrorista busca imponer su pavor, el guerrillero seguridad y confianza; el terrorista no crea nada, solo destruye sin prospección de futuro; en cambio, el guerrillero es siempre un hombre abierto a la esperanza y cuando utiliza la brutalidad o tortura es que la revolución se ha perdido.

El terrorismo es siempre contrarrevolucionario; el terrorista es dogmático, intransigente, intolerante, fronterizo con lo paranoico, razona con la pasión de su creencia, lo que le hace más temible, es receloso, suspicaz y desconfiado, para este personaje cualquier persona que sea preciso eliminar, es simplemente un número, no un ser humano.

El guerrillero en cambio es respetuoso de la vida, es sensible al dolor ajeno, le preocupan los demás, no tiene dogmas, es dialéctico, es constructor y busca siempre el bien común, siempre evitará que haya terror revolucionario y que degenere en crueldad y brutalidad; el guerrillero es de características románticas por excelencia, desarrolla una lucha ideológica, social, nutrida de valores y principios, buscando siempre como buen constructor que es, construir la nueva sociedad a la que aspira, justa, sólida, llena de valores, íntegra.

La palabra guerrillero, particularmente en México, no es una palabra sucia, despreciable o diabólica (como así lo querían hacer ver). ¡Es una palabra prestigiosa, digna cargada de evocaciones heroicas! Nombres que se elevaron a la devoción del pueblo porque corresponde a una determinada etapa histórica, a unas circunstancias específicas que ellos, como organizadores de masas, en gran medida sintetizan, bastan para convencernos: Morelos, Zapata, Ricardo Flores Magón, Rubén Jaramillo, Genaro Vázquez Rojas, Lucio Cabañas y Arturo Gámiz García, Oscar González, Carlos Cevallos, Leopoldo Angulo Luquen, “Güero” Medrano, Enrique Pérez Mora, Arnulfo Prado Rosas, Wenceslao Martínez Ochoa, Tomas Lizárraga Tirado, Pedro Orozco Guzmán “Camilo”, Ignacio Salas Obregón, “Oseas” Ignacio Olivares Torres “El Sebas”, “El Erick”, etc. Sin estos nombres es enteramente imposible reconstruir y comprender la historia de este país.Así pues, pierden su tiempo, y aun así consiguen un efecto contrario al que buscan, quienes esperan desacreditar a la Liga Comunista 23 de Septiembre, el Partido de los Pobres, la Asociación Nacional Revolucionaria, la Unión del Pueblo, las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, Movimiento de Acción Revolucionaria, Frente Urbano Zapatista, Comandos Armados del Pueblo, entre otros, simplemente arrojándole al rostro la identidad de guerrillero-delincuente.

Esa identidad despectiva ya se hizo en su momento, abusándose de ella, respecto de los guerrilleros mencionados; y los históricamente descalificados son quienes la emplearon, por que finalmente el tiempo puso a cada quien en su lugar y se descubrió quiénes eran los verdaderos delincuentes-terroristas y quienes los revolucionarios con un proyecto de vida diferente, y eso fue suficiente para que los calificaran de terroristas y aniquilarlos. Ese fue su pecado para pagar con su vida.

 

Testimonios de la barbarie y de cómo aplicaron lo sucio de la guerra

Sofía Cortés, esposa de Jesús Olivera, cuando fue a llevarle un sarape a su esposo, fue violada por el capitán y un subteniente estando su marido presente, amarrado de manos y pies, y encañonado para que no se moviera.[23]  En Tlaxcalixtlahuaca el ejército llegó a la milpa de Custodio Altamirano Olivera, donde lo patearon y le quebraron tres costillas, exigiéndole que entregara a Genaro. Sixto Flores Vázquez junto con Marcial Juárez Castro fueron llevados a Pie de la Cuesta —durante nueve días y durante cuatro meses al Campo Militar número 1 (CM1)—. Los hermanos Adelaido y Leónides Mauricio Arriaga fueron tan severamente torturados que uno de ellos (Léonides), murió cuando lo estaban atendiendo sus familiares, y Adelaido que se salvó de milagro porque se rompió la cuerda con la que lo colgaron, padeció las secuelas de la tortura por el resto de su vida. Querían información sobre Genaro Vázquez. Asesinatos y profanación de cadáveres, además de violaciones masivas y concentración forzada de la población.Detención de don Petronilo Castro Hernández, uno de los fundadores del Partido de los Pobres y que contaba con 73 años cuando fue detenido (el 22 de abril de 1972) y su hija Guadalupe Castro Molina, detenida (el 20 de abril de 1972) y desaparecidos ambos hasta la fecha, la ultima vez que se les vio con vida fue en el campo militar número uno.

Detención y desaparición de la familia Roque Ríos

El 19 de abril de 1972 como a la una de mañana llegó la policía a la casa de la familia Roque Ríos en la calle 16 septiembre del barrio “La Fábrica” en el puerto de Acapulco. Tres meses antes ya había sido detenida la señora Romana Ríos García por el parentesco que ella tenía con un militante delPartido de los Pobres de Lucio Cabañas.Esta familia estaba integrada por Margarito Roque Bahena y la señora Romana Ríos García, sus nueve hijos Heriberto, Hugo, Margaríto, Arcenio, Maria de la Luz, Aurelio, Rosario, Rosalía y Socorro Roque Ríos. Heriberto que era el mayor, tenía 18 años y Socorro de 3 años de nacida era la más pequeña. De todos ellos sólo Hugo se salvó porque no estaba en la casa por estar casado y vivir en otro domicilio, Los detuvieron a todos incluyendo también a la mamá de Margarito, la señora Mariana Texta Solís, por vivir con ellos.

Junto con el matrimonio fueron detenidos cinco de sus hijos, siendo ellos: Heriberto, Margarito, Arcenio, María de la Luz, Aurelio y Socorro a petición de la madre. Los interrogó y los torturó el comandante de la Policía Judicial Wilfredo Castro Contreras. Cinco días después le dicen a Margarito Roque que está en libertad junto con su madre, tres de sus hijos y la bebé, pero en la lista no estaban ni su esposa ni Arcenio ni Margarito y al preguntarles por su esposa Romana, la Policía le contestó que su esposa se quedaba, sin darle mayor explicación.

La respuesta de Margarito fue categórica, ¡Entonces no me voy, me quedo con mi esposa! Y desde entonces están desaparecidos Margarito, su esposa Romana, y su hija Socorro de tres años. Sus hijas, Rosario, Rosalía, se salvaron por estar dormidas en su casa el día de la detención y Hugo que como dijimos antes, por no estar en la casa ese día se salvó de que lo detuvieran. Tiempo después dejaron en libertad a Heriberto, Margarito, Arcenio, Maria de la Luz y Aurelio, junto con la señora madre de Margaríto Roque Bahena, señora Marina Texta Solís. Este es el testimonio de Maria de la Luz Roque Ríos, sobreviviente del campo de concentración “Campo Militar Número Uno”, a quien la policía le ofrecía que si entregaba a Lucio Cabañas le devolvía a sus padres.[24]Conforme a David Cabañas, hay 400 detenidos-desaparecidos en Atoyac y 650 en Guerrero. De los de Atoyac, 126 corresponden a la familia Cabañas.

Conforme a Onésimo Barrientos Martínez: “Como me apellido Barrientos, todos somos familias y ya eso era malo, a los Cabañas también los mataban, porque eran Cabañas.” Periodos en que el Ejército interviene en las desapariciones forzadas

Hasta 1970 se tiene registro de siete denuncias de desapariciones forzadas. Pareciera que no hay una política establecida para actuar de esta manera. Se podrían explicar como presuntos casos de ejecuciones extrajudiciales en los que el ejército gozó de impunidad y no tenía que rendir cuentas de sus detenidos. A partir de entonces, se pueden detectar tres momentos de participación del Ejército en las desapariciones forzadas.

De 1971 a fines de 1973, el año de 1974 y las desapariciones a partir de 1975.

De 1971 a 1973 el ejército era el que realizaba la mayor cantidad de detenciones de reos que eran enviados al cuartel de Atoyac, a Pie de la Cuesta y, después de las torturas a que sometía a sus prisioneros, muchos de ellos eran entregados a la Procuraduría de Justicia del Estado con declaraciones que decían lo que el Ejército quería. Durante este periodo se tiene el registro de que en el Campo Militar Número Uno de la Ciudad de México había un número creciente de detenidos; sin embargo, no se cuenta con testimonios que acrediten que se hubiera asesinado a estos prisioneros durante este tiempo con el fin de deshacerse de ellos. Los que se les murieron y quedaron desaparecidos fue a consecuencia de la tortura. El número de denuncias de detenidos desaparecidos en estas fechas son de 20 en 1971 —uno de ellos menor de edad—, 31 en 1972 y 16 en 1973. La mayor parte de ellos vistos con vida, todavía en 1974.A fines de 1973, cuando los jueces comienzan a liberar a muchos de los detenidos por el Ejército, porque no se acreditaba ningún delito, cambió el trato del Ejército con los detenidos. Seguía siendo la institución que primordialmente realizaba las detenciones pero, en lugar de entregarlos a la autoridad competente, los retenía en sus campos de concentración. En este periodo hay testimonios de que ejecutó a varios de sus detenidos que ahora están desaparecidos. En este año se tiene el registro de 265 denuncias de desapariciones forzadas, más otros siete que eran menores de edad.

Finalmente, en el tercer periodo, a partir de que muere Lucio Cabañas, es la policía del Estado la que realiza las detenciones y entrega los prisioneros al Ejército y no a la autoridad competente. Es el tiempo en que se presume la mayor cantidad de ejecuciones sumarias de los detenidos que ahora figuran como desaparecidos. El número de denuncias de desaparición forzada en estos años es de 48 y un menor de edad en 1975, 75 más siete menores de edad en 1976, 38 más tres menores de edad en 1977, 20 en 1978, y siete más un menor de edad en 1979.

Por la magnitud de las desapariciones forzadas en 1974, el número de detenidos desaparecidos conforme a denuncias que tienen datos suficientes para catalogarlas como acreditadas, asciende a 348 casos en ese año. Las víctimas son las personas que el Ejército considera como simpatizantes o integrantes del Partido de los Pobres y Lucio Cabañas.

Las denuncias de desapariciones sólo en el Estado de Guerrero, en un periodo que va desde 1961 a 1979, ascienden a 684 casos. De ellas, durante la investigación se encontraron elementos suficientes para acreditar 196 casos en los que existe una conjunción de documentos y testimonios que lo permiten establecer que la desaparición tuvo momentos en que se convirtió en política fundamental del sistema represivo impuesto durante esos años.

Según las fechas de la desaparición de estas personas consideradas con elementos suficientes, es 1974 el año en que la desaparición forzada se utilizó de manera sistemática, en una cifra que asciende a los 98 casos. Si sumamos los casos en los que no se tiene aún la certeza de cual fue la autoridad que los detuvo, esta cifra asciende a 153, en dicho año. Tres personas, detenidas y desaparecidas ese año, en otros Estados, fueron consideradas dentro de esta cifra, ya que por sus vinculaciones, corresponden a la lógica de la eliminación del Partido de los Pobres y a la llamada Guerra Sucia que se dio en el Estado.

Del análisis de los 148 casos de desapariciones, en los que los datos son menores pero no insuficientes, se desprende por sus fechas de detención, que forman parte del mismo proceso, teniendo sus epicentros en 1974 y 1976, lo que permite suponer que el grado de consistencia es tal, que deben considerarse esos casos como parte del problema.

El tercer grupo, aquel en el que los elementos son insuficientes para considerarlo en este análisis, se encuentran en la investigación del Estado de Guerrero principalmente (por ser el Estado que más desaparecidos registra). Sin embargo, en vistas de que el patrón de desaparición se mantiene, siempre haciendo epicentro en el 1974, es que con el aumento de la investigación, el número ascienda, incorporando estas denuncias.

El ejército no niega las denuncias, sólo aduce que se trata de subversivos

 

Aldeas vietnamitas

En la población indígena de Tierra Colorada, Malinalco, tenemos testimonios de “aldeas vietnamitas” realizadas por el Ejército. Los habitantes vivían en sus coamiles para atender su siembra y sus animales. Cuando el Ejército llegó a esa localidad, obligó a todos los habitantes a concentrarse a la cabecera municipal durante los meses de septiembre y octubre de 1970, y no les permitían que regresaran para atender sus animales ni su parcela. Cuando les permitían salir, el Ejército no dejaba que llevaran su itacate.El Ejército hizo un censo de la población civil que fue obligada a concentrase en los poblados mayores en los que tendió un cerco militar para controlarla.

La población fue obligada a abandonar los pueblos pequeños y dispersos, con todo y sus animales y cultivos, que quedaron como pueblos fantasma o cuarteles del Ejército. Los habitantes huyeron a poblados a donde tenían familiares o amistades que los acogieran, o reconcentrados en los poblados mayores, de donde dependían, o salieron de la región exiliados a donde pudieran. A este tipo de desplazamiento forzado se le conoce como “aldea vietnamita”. Tenemos registro de que durante este tiempo se aplicó esta práctica. El Ejército impide a las comunidades el abasto de alimentos y de artículos de primera necesidad. El hambre cundió en la sierra. Los pobladores necesitaban salvoconductos.Sólo con salvoconducto se podía transitar por los caminos. “Los batallones que nos perseguían levantaron un censo en cada poblado, casa por casa, familia por familia, para saber cuántos vivían en una habitación y racionarles la alimentación; por ejemplo, familias compuestas por seis miembros, 10 kilos de maíz por semana, dos kilos de azúcar, dos de frijol. El hambre cundió en la sierra. No somos libres de transportar a nuestros hogares artículos de primera necesidad”. La entrega de despensas servía para detectar dónde estaba la gente y para realizar detenciones, otra forma con la que procedía el Ejército era la de cortarles el abasto de alimento, llevar provisiones y aprovechar su hambre para realizar las detenciones.Llevaban una lista de gente que eran citados en la cancha para recibir su dotación de maíz. Debía de recogerla el “señor de la casa”. Estos repartos eran aprovechados para detectar quiénes no iban y para aprovechar el momento para efectuardetenciones.

La gente entendió que esa despensa era para saber quién estaba en el barrio, ya que si no iba a recogerla el hombre de la casa, los soldados querían saber dónde estaba, (para ellos era automáticamente guerrillero) y la familia pagaba las consecuencias.

Esas personas son sometidas a interrogatorios para que el Ejército obtenga la información que anda buscando. Tales interrogatorios, por los testimonios recabados, incluyen la tortura, la detención prolongada, el asesinato y la desaparición forzada. La cúpula del Ejército estaba perfectamente enterada de esto. Benito Tafoya Barrón, uno de los soldados del 19º Batallón de Infantería que participaron en el enfrentamiento en el que murió Lucio Cabañas revela dos datos importantes de este acontecimiento.

a) Que a varios de los que detuvieron los tiraron vivos al mar: “Participé cuando rodeamos a Lucio Cabañas y a su gente, y murieron muchos, y a los que agarramos vivos (fueron varios), a mí me tocó subirlos a un helicóptero, amarrados de pies y manos, y atados a dos barras de fierro e irlos a tirar al mar, y entre ellos iban dos muchachas”. Uno de los cadáveres tenía las manos atadas a la espalda con una agujeta, cuando se exhumaron la noche del martes en una improvisada tumbaa flor de tierra, a 20 pasos del caserío, y para ser llevados a la población primeramente mencionada (ejido El Otatal).... Los cadáveres de dos desconocidos tienen la cara destrozada a balazos.

La intervención represiva del Ejército que comienza a asesinar y a desaparecer familias completas con el objeto de dejar aislado al grupo guerrillero. El gobierno con esa piel de oveja que se pone intenta encubrir esa represión con programas de ayuda a las poblaciones rurales y sectores campesinos. A la vez que persigue a los guerrilleros, y junto con las represiones sobre la población campesina, se lleva agua y medicinas a los pobladores de la sierra y se construyen carreteras y caminos vecinales, con el fin de confundir a la población y a la vez facilitar sus vías de transporte para cercar a la guerrilla, cortándoles sus contactos con el exterior y el suministro de alimentos tratándolos de desconectar de su base social. Se aprehendía a los posibles simpatizantes de las guerrillas en las ciudades, en las inmediaciones de la sierra, se hacían caminos en la sierra, se otorgaban créditos a los campesinos; así, poco a poco hasta cerrar el cerco.

 

Registros de los detenidos-desaparecidos por la Dirección Federal de Seguridad (DFS)

Los documentos que se encuentran en los archivos de la policía en relación con los detenidos, las más comunes suelen ser reportes, las confesiones obtenidas mediante tortura en cárceles clandestinas y las fichas signalécticas. Estas últimas siguen un machote a ser llenado con datos del detenido. En relación con los datos exigidos.

Deben estar firmadas por la autoridad responsable de la detención y de quien elaboró la ficha signaléctica. Se hace notar que muy pocas fichas presentan estas firmas.

Al frente de la ficha, por lo general, (1263) se pegan dos fotografías del detenido, y se anota la filiación, datos socioeconómicos y antecedentes penales. Para llenarla se requiere que el sujeto detenido informe al respecto. El apartado de datos socioculturales da cuenta sobre religión, idiomas, partido y agrupación política y tendencia ideológica. Muchas de estas fichas, omitieron los datos religiosos e idiomáticos, para concentrarse en la agrupación política o la tendencia ideológica de los detenidos. Al reverso de la ficha, se anotan las observaciones generales que se tengan. Se consigna la fecha y el motivo de la detención. Se estampan las huellas dactilares y la firma del detenido, del operador y del jefe de sección. Por regla general, estas firmas se encuentran omitidas.

La omisión de las firmas por parte del responsable de la detención, de quien elabora la ficha signaléctica, del operador y del jefe de sección parecen indicar que eran conscientes de los crímenes que cometían al actuar como lo hacían y buscaban eludir responsabilidades.

La fecha de detención, fue muchas veces alterada. Hay fichas en las que no está anotada la fecha. Tal es el caso, por ejemplo de Sebastián Vázquez Mendoza. En la ficha solo se consigna que “fue detenido para investigación”.(1264) En la ficha de identificación de Guadalupe Garza Escobar, elaborada el 7 de julio de 1977, con la aclaración al reverso de haber sido “detenida en junio de 1977, para investigación, por actividades subversivas dentro de la LC23S” se consigna al mes, sin especificar el día exacto. (1265) En el caso de Alberto Vázquez Castellanos, cuya ficha fue elaborada el “3 de mayo de 1975”: en el reverso de la misma se especifica que fue “detenido el de febrero de 1975”.(1266) En la ficha de Florentino Loza Patiño y en la de Isaac López Melina, ni siquiera se asienta la fecha de detención.De esta forma podían alargar el periodo de los interrogatorios ilegales y de las torturas de los detenidos, dándose un margen para que algunos de ellos pudieran ser entregados a una autoridad correspondiente, reduciendo las sospechas de que se había cometido un crimen que invalidara automáticamente la legalidad de la detención, o permitiera fincar responsabilidades para quienes hubieran intervenido en estos crímenes. De esta manera también dejaban abierta la posibilidad de llenar ese dato posteriormente, sin tener que elaborar otra vez la ficha filiatoria.

Conviene hacer notar que en estas fichas signalécticas se anotaba lo que, a juicio de los agentes, se consideraba criminal. En la ficha de Francisco Javier Manríquez Pérez, detenido el 19 de agosto de 1977, en el rubro “Historia Criminal” se asienta: “Brigada Margarita Andrade Vallejo” (caso 4) (1267). (1263) Hay varios formatos que pueden variar. Uno de estos es con el sistema “Vucetish”, que era usado por el Servicio Secreto de Guadalajara, Jalisco.[25]En el caso de las desapariciones en las que participó la DFS, se han documentado una importante cantidad de fichas signalécticas, declaraciones y referencias de la detención de personas, así como un importante número de documentación con información deliberadamente falseada, cuyo objetivo es deslindar las responsabilidades de funcionarios, argumentando que las personas desaparecidas fueron muertas en combate, víctimas de secuestros comunes, o ejecutadas por miembros de las mismas organizaciones a las que pertenecían.

 

Información en expedientes de detenidos-desaparecidos

Los expedientes de las personas cuyos casos consideramos acreditados, conforme a los criterios ya señalados para establecer la verdad histórica, contienen datos como los que se presentan, a vía de ejemplo, en los siguientes casos: Jacobo Gámiz García, conforme a los informes de la DFS fue detenido el día 13 de marzo de 1974, junto con León Martínez de la Cruz; en el retén de los Bajos del Ejido. Los acompañaba Rodolfo Molina, que logró escapar.(1268) Fue interrogado y en su expediente se cuenta con su confesión (1269) y con su ficha de filiación dactiloscópica. (1270). En un informe de la Secretaría de Gobernación consta que en marzo de 1974, Jacobo Gámiz estaba detenido en el Campo Militar Uno (CM1). (1271)

Ignacio Arturo Salas Obregón. (1272)  fue detenido el día 25 de abril de 1974 en Tlalnepantla en un enfrentamiento armado. Herido levemente, fue conducido a un hospital de la Secretaría de Salubridad y Asistencia del fraccionamiento Valle Ceylán, y de allí secuestrado y conducido al CM1. Esta información es conteste con la dirigida al director de la DFS ese mismo día. Su declaración en la DFS es del día 6 de mayo de 1974, once días después de su detención.(1273) Un documento de la DFS sin fecha, ni firma, lo reporta un listado de 84 personas miembros de la LC23S que han muerto.(1274).

Fidelino Velázquez Martínez (1275)  fue detenido, según un oficio del 1 día de julio de 1974 de la DFS, ese día fue “trasladado el profesor Fidelino en transporte militar a la Ciudad de México. Fue escoltado por elementos del 460 Batallón de Infantería al mando del Cap. 1o de Admón”. Conforme a su expediente, La DFS señala en oficio del día 2 de julio de 1974 que Fidelino está en el CM1. El día 3 de julio de 1974 aparece la confesión que rindió en la DFS en la que se refiere a su relación con “Marco”, del grupo revolucionario Emiliano Zapata. También se tiene su ficha de identificación personal en la DFS.Miguel Muñoz Serna, de Río Santiago, Atoyac. Fue detenido en Aguascalientes, el día 1 de febrero de 1972 y puesto a disposición del Juzgado con 12 personas más. Enviado al CM1. Es una de las personas que, conforme a testimonio de testigo protegido fue eliminado del grupo del que formaban parte en el CM1, después de la sesión semanal de tortura a la que eran sometidos, en fecha aproximada a septiembre de 1974. Nótese el tiempo transcurrido entre su detención y la fecha cuando fue visto por última vez, con presunción de ejecución extrajudicial, en el CM1.[26]

Wenceslao José García, (1276) conforme a un oficio dirigido al titular de la DFS, fue detenido con otras cuatro personas, herido de seis balazos, en un enfrentamiento en el Parque Hundido de la Ciudad de México el día 11 de octubre de 1974. Las declaraciones a la DFS a partir de sus primeros interrogatorios son del día 23 de octubre de 1974, cuando estaba en el Hospital Central Militar. (1277) Conforme a queja en la CNDH el mes de septiembre de 1975 “desapareció de la prisión de Lecumberri, en la ciudad de México, Distrito Federal, donde se encontraba cumpliendo una condena”. En documento sin fecha, ni firma lo reporta en un listado de 84 personas miembros de la L.C.23. de Sep. que han muerto. (1273).Rafael Chávez Rosas, (1279) conforme a reporte de la DFS, fue uno de los tres detenidos el 16 de julio de 1974, “a las 22:00 en Morelia [ ... ) y puestos a disposición de la 21a Zona Militar, y a las 23:15 horas fueron trasladados a la ciudad de México”. En su expediente está la confesión que le hicieron rendir en la DFS el 19 de julio de 1974. Su ficha signaléctica fue elaborada el 20 de lulio de 1974. En ella se consigna la detención el día 19, lo cual, como en muchos casos, es deliberadamente falso, dado que ya se había vencido el término legal. Por otra parte, y a pesar de ser detenido en Morelia, en su declaración se especifica que ésta se lleva a cabo en la “Ciudad de México, Distrito Federal, siendo las doce horas del día diecinueve de julio de mil novecientos setenta y cuatro, fue presentado el que dijo llamarse Rafael Chávez Rosas (a) “Rubén”.En el caso de las desapariciones en las que participó la DFS, se han documentado una importante cantidad de fichas signalécticas, declaraciones y referencias de la detención de personas, así como un importante número de documentación con información deliberadamente falseada, cuyo objetivo es deslindar las responsabilidades de funcionarios, argumentando que las personas desaparecidas fueron muertas en combate, víctimas de secuestros comunes, o ejecutadas por miembros de las mismas organizaciones a las que pertenecían.[27]

 

Personas ejecutadas extrajudicialmente

Se tiene registro de tres ejecuciones extrajudiciales que en esa zona cometió el Ejército durante ese tiempo. En noviembre de 1969 se reporta el primer caso de ejecución extrajudicial por motivo de darle de comer a Genaro. También aparecen los primeros reportes en que se menciona la alianza del Ejército con narcotraficantes en contra de la guerrilla. En la denuncia que el señor Antonio Espino barros presenta ante el secretario de la Defensa Nacional le informa que a Yrineo Juárez quien fue golpeado severamente y de los mismos golpes murió.

 Yrineo Juárez Castro fue detenido por el ejército el 5 de agosto de 1970. Fue torturado salvajemente. Le quebraron una pierna y un brazo y después de que lo golpearon lo tiraron desde un salto en una poza de agua.

Su cadáver fue profanado, lo despanzurraron, le cortaron los testículos y se los pusieron en la boca. Filegonio Cortés, que también fue perseguido con el mismo propósito, logró escapar. Elementos del ejército ejecutaron a Antonio Navarro en el Cerro Cenizo el día 5 de agosto de 1970 donde lo golpearon, lo mataron y lo enterraron; tardó ahí como seis días y después la gente lo encontró y lo sacaron para llevarlo a enterrar a Tlaxcalixtlahuaca. El propio Antonio Espinobarros Herrera —que denunciara el asesinato de Yrineo—, es el tercero en la lista de los asesinados por el Ejército.En relación con las ejecuciones extrajudiciales esta es la relación incompleta con los nombres de las siguientes personas:

Alapizco Lizárraga José Manuel, ejecutado extrajudicialmente el 19 de agosto de 1977 en Sinaloa; Alvarado Barrera Pablo, ejecutado extrajudicialmente el 4 de diciembre de 1971 en el Distrito Federal; Álvarez Jacobo Eleazar, ejecutado extrajudicialmente el 24 de abril de 1973 en Guerrero; Álvarez Ocampo Santos Fam. “Santín”, ejecutado extrajudicialmente el 24 de abril de 1973 en Guerrero; Angulo Luken Leopoldo, ejecutado extrajudicialmente el 29 de septiembre de 1981 enel Distrito Federal; Arrieta Campos Alberto, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Arzate Bonifacio, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Arzate Efrén, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero;

Arzate Juan, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Barrientos Anselmo, ejecutado extrajudicialmente el 18 de noviembre de 1973 en Guerrero; Benitez Rosales Alfonso, ejecutado extrajudicialmente el 13 de enero de 1976 en Guerrero; Berrán Epifanio, ejecutado extrajudicialmente en julio de 1974 en Guerrero; Betancourt Ángel, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero;

Bustos Pedro ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Cabañas Salomé, ejecutado extrajudicialmente el 25 de junio de 1972 en Guerrero; Carbajal José, ejecutado extrajudicialmente el 25 de junio de 1972 en Guerrero; Carbajal Leonardo, ejecutado extrajudicialmente el 25 de junio de 1972 en Guerrero; Castro Hernández Pablo, ejecutado extrajudicialmente en abril de 1974 en Guerrero; Clemente Romero Rosalío, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Córdova Lustre Arnulfo, ejecutado extrajudicialmente el 24 de marzo de 1981 en Querétaro; Cortés Bustos Pedro, ejecutado extrajudicialmente el 26 de marzo de 1966 en Guerrero; Cortés Pedro, ejecutado extrajudicialmente el 10 de julio de 1971 en Guerrero;

Corral García Salvador, ejecutado extrajudicialmente el 2 de abril de 1974 en el Distrito Federal. Aunque su cuerpo fue tirado en Monterrey; Donantes Azanza Rodrigo, ejecutado extrajudicialmente el 8 de agosto de 1976 en Guerrero; Echeverría Cándido, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Espinobarros Herrera Antonio, ejecutado extrajudicialmente en el mes de septiembre de 1970 en Guerrero; Florencio Lázaro Librado, ejecutado extrajudicialmente el 13 de enero de 1976 en Guerrero;

Flores Radilla Antonio (a) “El Güero Flores”, ejecutado extrajudicialmente en 1974 en Guerrero; Flores Vázquez Eliseo, ejecutado extrajudicialmente en septiembre de 1974 en Guerrero; Flores Miguel, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Galarza Antúnez Juan, ejecutado extrajudicialmente en mayo de 1969 en Guerrero; Gallardo Perdón Fermín, ejecutado extrajudicialmente el 20 de de octubre de 1960 en Guerrero; García Cabañas Miguel, ejecutado extrajudicialmente el 11 de junio de 1968 en Guerrero; García Carlos, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Garibo Guadalupe ejecutado extrajudicialmente el 30 de abril de 1971 en Guerrero; Gervasio Sánchez Antipetro, ejecutado extrajudicialmente el 13 de enero de 1976 en Guerrero; Helguera Jiménez Pedro (a) “Filogonio”, “Orestes”, ejecutado extrajudicialmente el 1 de abril de 1985 en Guerrero;Hernández Hinojosa, Francisco, ejecutado extrajudicialmente en 1969 en Guerrero; Hernández Hinojosa, Julio, ejecutado extrajudicialmente el 18 de mayo 1970 en Guerrero; Hernández Ríos Josafat, ejecutado extrajudicialmente el 15 de mayo de 1970 en Guerrero; Hernández Julio, ejecutado extrajudicialmente el 11 de abril de 1971 en Guerrero; Javier, ‘N’, ejecutado extrajudicialmente en 1973 en Guerrero; Juárez Castro Irineo, ejecutado extrajudicialmente el 5 de agosto de 1970 en Guerrero; Juárez García Celedonio, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Lara Salario Luis, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero;Lucero Martínez Diego, ejecutado extrajudicialmente el 15 de enero de 1972 en Chihuahua; Martínez Emigdio, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1973 en Distrito Federal; Martínez Cabañas Aurelio (a) “Cornelio”, ejecutarlo extrajudicialmente el 14 de noviembre de 1974 en Guerrero; Martínez Díaz Jerónimo (a) “David”, ejecutado extrajudicialmente en 1978 en Guerrero; Mendoza María, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero;Morón Chiclayo Pedro Miguel, ejecutado extrajudicialmente el 23 de mayo de 1974 en Distrito Federal; Mota Delfina, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Navarrete Atilano, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Navarrete Ventura, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Ocampo, J Natividad, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero;

Olascoaga David, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Olea Roberto —el hijo de—, ejecutado extrajudicialmente el 1963 en Guerrero; Olivares Torres José Ignacio, ejecutado extrajudicialmente el 2 de febrero de 1974 en el Distrito Federal y tirado en Guadalajara Jalisco; Onofre Reyna Miguel (t), ejecutado extrajudicialmente el 22 de abril de 1972 en Guerrero;Orozco Guzmán Pedro, ejecutado extrajudicialmente el 26 de diciembre de 1973 en Guadalajara Jalisco; Paredes Flores Víctor, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 Guerrero; Pastor García Bernardo, (a) “Francisco”, ejecutado extrajudicialmente el 1983 en Guerrero;Peñalosa García Felipe, ejecutado extrajudicialmente el 29 de junio de 1978 ó el 23 de julio de 1973 en Distrito Federal; Perea Cipriano Moisés (a) “Isaías” (en el PDLP) ó “Lorenzo” (en las FAR), ejecutado extrajudicialmente el 12 de septiembrede 1974 en Guerrero; Pino de Jesús, ejecutado extrajudicialmente en agosto de 1967 en Guerrero; Reichel Baurnan Pablo, ejecutado extrajudicialmente el 18 de marzo de 1974 en Distrito Federal;

Reyes Díaz Crescencio, ejecutado extrajudicialmente el 24 de abril de 1973 en Guerrero; Reyes Marín Benjamín, ejecutado extrajudicialmente el 1976 ó 1977 en Guerrero; Reyes Vargas Luis, ejecutado extrajudicialmente el 11 de abril de 1971 Guerrero; Rivera Seferino (a) “La Placa”, ejecutado extrajudicialmente en 1974 en Guerrero; Rodríguez Gervasio Alejandro, ejecutado extrajudicialmente el 30 de abril de 1971 en Guerrero; Rojas Vargas Pedro, ejecutado extrajudicialmente en 1972 o 1973 en Guerrero;Roque Ríos Margarito, ejecutado extrajudicialmente el 26 de junio de 1972 en Guerrero; Rosales Marcelino, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Rosas Honorio, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Ruelas Ciriaco Victoriano, ejecutado extrajudicialmente el 13 de marzo de 1974 en Sonora; Ruperto Meléndez Juan, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Sánchez García Saturnino, ejecutado extrajudicialmente el 24 de abril de 1973 en Guerrero; Sánchez Alfonso, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero;

Simbras Bernal Alejandro, ejecutado extrajudicialmente el 8 de noviembre de 1969 en Guerrero; Torres Gregorio, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Urióstegui Morales Antonio, ejecutado extrajudicialmente el 5 de diciembre de 1974 en Guerrero; Urióstegui Morales Miguel, ejecutado extrajudicialmente el 5 de diciembre de 19747 en Guerrero;

Urióstegui Terán Reynaldo, ejecutado extrajudicialmente el 1 de julio de 1974 en Guerrero; Valdez Rodríguez Margarito, ejecutado extrajudicialmente el 24 de abril de 1973 en Guerrero; Valenzuela Carlos, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Valle, ‘”N”, “N” (a) El Indio”, ejecutado extrajudicialmente el 20 de octubre de 1960 en Guerrero; Vázquez Rojas Genaro, ejecutado extrajudicialmente el 2 de febrero de 1972 en Guerrero; Velásquez Luis, ejecutado extrajudicialmente el 25 de junio de 1972 en Guerrero; Ventura NN, ejecutado extrajudicialmente el 2 de septiembre de 1966 en Guerrero; Figueroa Ambrosio, menor ejecutado extrajudicialmente el SF en Guerrero;Figueroa Eucaria y Martha, menor ejecutado extrajudicialmente en Guerrero; Martínez Pérez Gil, menor ejecutado extrajudicialmente en Guerrero; Ocampo Delgado Delfino, menor ejecutado extrajudicialmente el 27 de julio de 1966 en Guerrero; Peralta Rivera Toribio, menor ejecutado extrajudicialmente el 4 de octubre de 1974 en Guerrero; Ramírez Gómez Martín, menor ejecutado extrajudicialmente en Guerrero; Rebollar Gama Alejandro, menor ejecutado extrajudicialmente el 13 de julio de 1978 ó el 15 en Guerrero;

Solorio Elvia, menor ejecutado extrajudicialmente el 27 de julio de 1966 en Guerrero; Urióstegui Cepeda Isaías, menor ejecutado extrajudicialmente el 1 de julio de 1974 en Guerrero; Urióstegui flores Efraín, menor ejecutado extrajudicialmente en Guerrero; Efraín González cuevas y Fernando Salinas Mora, ejecutados extrajudicialmente el 29 de agosto de 1973 en Guadalajara, Jal;  David Jiménez Sarmiento “Chano”,ejecutado extrajudicialmente en  1976 en el Distrito Federal; Antonio Garcia Mendoza, ejecutado extrajudiciamente el año de 1976 en Guadalajara Jal;Tomás Lizárraga Tirado “El Tom de Analco”, ejecutado extrajudicialmente el año de 1977 en Guadalajara, Jalisco; Pedro Orozco Guzman Camilo” ejecutado extrajudicialmente en Guadalajara, Jalisco. El 24 de diciembre de 1973. (1299) Testimonio de Manuel Chávez Rodríguez, el 16 de enero de 1984 en San Jerónimo.Hay una explicación del actuar de estas conductas que a simple vista parecerían muy perversas, irracionales, pero existe una razón bastante fuerte para su mentalidad mercantilista: El factor que provoca esta reacción es el económico que trataré de descifrar en el próximo capítulo y descubrir el por qué de ese actuar anómalo y vesánico.

 

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[23] Carta con registro de entrada No. 52435 el 31/ 08/ 70 (93/ 278/ 152).

[24] José Arturo Gallegos Nájera, LA GUERRILLA EN GUERRERO, Ed. La Casa del Lago, Guadalajara, Jalisco, México, 2007, Pág. 75-85.

[25] 1264 DFS 80-106-74 L 1 11 30.

[26] 1265 DFS 11 -235-77 L 45 H 225. 1266 DFS 11 -235-75 L 27 JI 32. [caso 4]1267.  Hacernos notar que encontrarnos fichas signalécticas, cuyo formato está en inglés, lo que prueba la colaboración que en la materia les daba el gobierno estadounidense. (la C.I.A.).  1267 DFS 11 -235-77 L.46 H 179-181. 1263 DFS 100-10-16-4 L H 51. 1269 DFS 11 -232-74 L 1 H 201. 1270 DFS 1 J -232-74 L 1 II 193. 1271 DFS 100-10-16-4 L II H 184 -191.  1272 CNDH/PDS/91/MEX/COOOI2.000. 1273 DFS 11 -235 L 11 H 250.  1274 DFS 11 -235 L 46 H 47-53. 1275 CNDH/PDS/95/CHIS/S00023.000.

[27] 1264 DFS 80-106-74 L 1 11 30. 1265 DFS 11 -235-77 L 45 H 225. 1266 DFS 11 -235-75 L 27 JI 32.  1267 DFS 11 -235-77 L.46 H 179-181.