Esta es una pequeña e inicial contribución testimonial, surgida de la necesidad que tenemos de reconstruir paso a paso episodios de nuestra historia tan segmentada, demolida y amnesiada, es urgente ya reconocer que debemos caminar guiados por la mira de la objetividad y en el sentido inverso a como lo hace la ciega desmemoria, nuestra actitud y nuestros aportes deben ser libres de perjuicios, tan solo deben contar los superiores intereses de nuestro pueblo.
Con el planteamiento de una vivencia personal en el movimiento armado que se desarrollo en los años setentas se pretende aclarar tantas cosas inciertas que han dicho narradores por oídas y con el objetivo de que no se tergiverse la historia narro mi participación en lo particular en razón de que no puedo ni debo narrar hechos que no me constan y por justicia a mis compañeros y hermanos de armas para que queden registrados en la historia en su verdadera dimensión.
Ahora, después de haber egresado de la facultad de derecho, a la cual regrese a las aulas después de tantos años (por razones obvias) hago un análisis jurídico, acciones armadas y algunas otras experiencias propias de la misma lucha así como también de la inmensidad de violaciones cometidas por el gobierno en la denominada guerra sucia.
Este movimiento revolucionario que se suscita en los años setenta nace con una propuesta de reformas democráticas al interior de la Universidad de Guadalajara, planteando una sociedad más justa y con las mismas oportunidades, fueron demandas irrenunciables que planteamos en nuestro movimiento y que se confrontaron con las estructuras del conservadurismo y la represión de ese rancio y caduco capitalismo que tanto daño ha causado y que aún sigue vigente. Por lo que nuestras demandas son aún más legitimas.
Es de vital importancia reconocer que nuestro movimiento se nutre de una pléyade de militantes y de dirigentes con una formación política, académica e ideológica provenientes de diferentes corrientes de varias partes del país lo que definitivamente elevó nuestro nivel político-ideológico ya que nosotros proveníamos de un barrio de pandilla denominada vikingos, con bastante experiencia en la lucha callejera.
La violencia en la política tiene un papel capital y es el rasgo característico del poder político o del poder del gobierno. El estado tiene el monopolio de la violencia a través de uno o de varios aparatos especializados como la policía o el ejército que disponen absolutamente en contra de cualquier grupo de oposición de la sociedad. El recurso al medio extremo de la violencia muchas veces pone de manifiesto la gravedad de una situación de injusticia y la legitimidad de las reivindicaciones del grupo revolucionario o la ilegitimidad de quienes gobiernan.
Las ideas marxistas-leninistas y maoístas fueron el marco ideológico que dio forma a una serie de practicas revolucionarias de impugnación de los poderes políticos existentes en la mayoría de los países de Latinoamérica, principalmente en la década de los sesenta.
El gobierno en un doble discurso, promovió la apertura democrática y adopto posiciones progresistas en la política exterior, en tanto que al interior operaba la guerra sucia contra estudiantes y grupos de jóvenes que buscaron en la guerrilla una opción de cambio. Luís Echeverría Álvarez “fue quien dio la orden para eliminar la guerrilla a cualquier costo”.
Los conflictos sociales de finales de los sesenta y los setenta se originaron entre otros por la carencia o limitaciones de los canales de expresión política, que generó en muchos sectores (maestros, campesinos, ferrocarrileros y médicos, entre otros) el coraje hacía un gobierno caracterizado por su rigidez, corrupción y autoritarismo.
El movimiento estudiantil sin duda fue uno de los que cobró mayor relevancia como conflicto social de finales de los sesenta, y su movilización contó con el apoyo y la identificación de otros sectores que se convirtieron posteriormente en grupos guerrilleros.
Se hizo caso omiso a las garantías constitucionales y los derechos humanos para combatir a elementos de la guerrilla. Estos hechos no solo afectaron a militantes guerrilleros, la represión alcanzo a familiares, amigos e incluso a personas ajenas al movimiento armado.
Entre 1946 y 1947 nace la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la cual jugó un papel primordial en la guerra sucia al ser un servicio de inteligencia y de espionaje al servició del Estado y así controlar la escuálida disidencia hasta su desaparición en 1985.
La DFS estaba compuesta por un gran número de agentes e informantes, estableciendo sus redes de espionaje y fuerza política, los operadores de esta institución fueron Fernando Gutiérrez Barrios, Javier García Paniagua, José Antonio Zorrilla Pérez y en el contexto de la guerra sucia destaca la participación entre otros de Miguel Nazar Haro quien se convirtió en un personaje clave en la guerra sucia de México, en sus manos estaba la operación del grupo paramilitar Brigada Blanca que operaba de forma clandestina aparecida durante los setenta, especializada en reprimir y perseguir a través de la tortura y desaparición de las personas.
“La brutalidad con la que eliminaron a sus opositores tuvo la aceptación tacita y complicidad de los medios de comunicación y de grupos e intereses que consideraban que ése era el precio que debía pagarse por mantener el desigual control económico y la paz social”.
Este grupo destacó por su crueldad y la impunidad para cometer todo tipo de crímenes de lesa humanidad.
Entre ellos 532 desapariciones que hoy son indagadas, independientemente de las ejecuciones que realizaron.
Si hubieran hecho un análisis profesional que evaluara la real amenaza que representaba para el sistema el grupo guerrillero, no hubieran optado por la brutalidad y el exterminio de este grupo con su legítimo derecho a la protesta, ya que como se verá más adelante ningún movimiento guerrillero significó un problema de seguridad nacional.
VIKINGOS
La pandilla del barrio de San Andrés, llamados “Los Vikingos” se convirtieron en el principal grupo de apoyo extra-universitario para la conformación del FER.
FRENTE ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO (FER)
En los primeros años de la década de los setenta, se empezaron a alzar voces atacando a la FEG de reformista, corrupta, incondicional del Estado y antidemocrática. Esta oposición, alentó la formación del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) que surgió en septiembre de 1970 como una propuesta estudiantil democratizadora y como respuesta a las condiciones que prevalecían al interior de la Universidad de Guadalajara, sobre todo en lo que se refiere a una ausencia de democracia y a practicas de imposición, represión y corrupción en la misma.
PRINCIPALES GRUPOS GUERRILLEROS URBANOS DEL PAÍS DURANTE LOS SETENTA
Entre 1971 y1972 en diversos estados del país –Distrito Federal, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa, Durango y Jalisco la constante fueron diversas acciones armadas como forma de oposición y enfrentamiento con el Estado, que lanzó una fuerte envestida contra los movimientos guerrilleros y que si bien logró desmantelar algunos, no fue con todos. Como se mencionó previamente fueron varios los movimientos que operaron en la clandestinidad, se abordara de manera más detallada la conformación de la Liga Comunista 23 de Septiembre, el FRAP y la UP.
El nombre de la Liga se inspiro de varios elementos:
Liga, por la organización que fundaron Carlos Marx y Federico Engels: “La liga de los justos” opción en lugar de partido.
Comunista, porque expresaba el objetivo histórico del proceso revolucionario y
23 de septiembre, en honor a la Guerrilla de Arturo Gámiz en Chihuahua.
Tras la fuerte envestida por el Estado y exterminio de los disidentes, sumado a las propias limitaciones de la LC-23 se dio una transformación para 1977, año de mayor cantidad de desaparecidos a manos del gobierno, entonces al parecer ya no había mas miembros estudiantiles sino obreros y como en años anteriores sus militantes fueron muertos o desaparecidos.
El periódico clandestino “Madera” editado por la liga habría interrumpió su edición en el número 52, año de 1980. Al parecer ya no existía más la LC-23.
La mayoría de los jóvenes que optaron por la lucha armada años después, fueron muertos o desaparecidos. La guerra secreta que libró el gobierno mexicano contra la guerrilla borró de la historia a decenas de estudiantes, campesinos y trabajadores, que empuñando las armas para combatir la injusticia y lograr un país mejor.
Nos piden que olvidemos, que perdonemos, pero si olvidamos o nos da amnesia seremos traidores a nuestros muertos, nuestros desaparecidos, a sus familiares, a nuestros indígenas, pero sobre todo a nosotros mismos. No podemos olvidar para que no se distorsione la historia, al fin y al cabo ¿qué es la historia?. La historia es émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y una advertencia de lo que puede venir.
Que la verdad no sea sólo historia porque en el ahora, en el presente, se sentirá el dolor de la injusticia aún más.