Kim Jong Il

 

ARMEMONOS FIRMEMENTE CON LAS TEORIAS JUCHEANAS SOBRE LA ADMINISTRACION ECONOMICA SOCIALISTA

 

 


Redacci�n: Texto de mensaje enviado a los profesores, empleados y estudiantes del Instituto Superior de Econom�a Nacional, que celebran el Aniversario XLV de su fundaci�n, 1� de julio de 1991.
Fuente del texto: Kim Jong Il, Arm�monos firmemente con las teor�as jucheanas sobre la administraci�n econ�mica socialista. Pyongyang : Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1991
Edici�n Digital: Marxists.org, 2012.


 

 

 Han transcurrido 45 a�os desde que el gran L�der, camarada Kim Il Sung, fund� el Instituto Superior de Econom�a Nacional. En este decursar el plantel sigui� con lealtad la direcci�n del Partido y cumpli� excelentemente la misi�n revolucionaria encomendada.

Quiero hacer llegar un caluroso saludo de felicitaci�n a todos sus profesores, empleados y estudiantes quienes festejan el 45 aniversario de la fundaci�n del Instituto, recordando con gran orgullo la trayectoria que han recorrido con una constante e invariable fidelidad bajo la direcci�n del Partido.

Bajo la sabia direcci�n del Partido y del L�der, el Instituto Superior de Econom�a Nacional se ha consolidado y desarrollado como centro para la formaci�n de cuadros de nuestro Partido, digno de confianza. El colectivo docente se ha nutrido con competentes especialistas y profesores, y las bases materiales y t�cnicas para la ense�anza, incluyendo los gabinetes de investigaci�n para las distintas ramas de la econom�a, han sido establecidas firmemente, as� como se han implantado, de manera estricta, un original sistema y m�todo de docencia a nuestro estilo. Tanto desde el punto de vista del contenido que se imparte y el m�todo de ense�anza empleado, como de las condiciones docentes, en que se realiza, ser� dif�cil encontrar en otros pa�ses un centro de formaci�n de cuadros administrativos econ�micos del Estado tan excelente como el Instituto Superior de Econom�a Nacional.

Hasta la fecha, en este centro se han formado innumerables cuadros leales al Partido y al L�der y versados en la econom�a, haciendo as� un gran aporte a la consolidaci�n de nuestro Poder popular y a la aceleraci�n de la revoluci�n y la construcci�n. Entre los funcionarios dirigentes de los organismos administrativos y econ�micos del Estado y de las f�bricas y empresas existen muchos graduados de este plantel, los cuales desempe�an un papel medular en la administraci�n del Estado y en la edificaci�n econ�mica. A la par que impulsaba con fuerza la labor de armar a los funcionarios con las ideas y teor�as de nuestro Partido sobre la administraci�n econ�mica, ha contribuido de manera activa a las tareas de reglamentar la administraci�n econ�mica, entre las que se encuentran las de formular y divulgar los reglamentos de la gesti�n econ�mica socialista, crear la unidad ejemplar en la administraci�n empresarial y generalizar sus experiencias.

Valoro en alto grado los �xitos obtenidos por el Instituto hasta ahora y expreso, en nombre del Comit� Central del Partido y en el m�o propio, un c�lido agradecimiento a todos sus profesores, empleados y estudiantes, quienes con infinita fidelidad al Partido y al L�der se esfuerzan abnegadamente para materializar la orientaci�n del Partido relacionada con la formaci�n de cuadros.

El Instituto Superior de Econom�a Nacional es el emporio supremo de formaci�n de cuadros administrativos y econ�micos de importancia para el Estado.

Hoy, el mismo encara la importante tarea de apoyar y defender las teor�as jucheanas en cuanto a la administraci�n econ�mica socialista y aplicarlas a cabalidad. Todos sus profesores, empleados y estudiantes, bien conscientes del pesado cometido asumido ante el Partido y la revoluci�n, deben apoyarlas y defenderlas firmemente y materializarlas de modo consecuente en cualesquier circunstancias. El Instituto ha de armar con firmeza a los funcionarios administrativos econ�micos del Estado y los estudiantes con estas teor�as.

 

 

1.

ACERCA DEL PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA ADMINISTRACION DE LA ECONOMIA SOCIALISTA

 

La teor�a jucheana acerca de la administraci�n de la econom�a socialista es una teor�a original, centrada en el hombre, ya que se desarrolla considerando a las masas populares como protagonistas de la gesti�n econ�mica.

La administraci�n econ�mica consiste en dirigir las actividades econ�micas de las personas encaminadas a alcanzar un determinado objetivo. En cualquier sociedad, all� donde se desarrollan actividades econ�micas basadas en el trabajo colectivo, es indispensable la administraci�n econ�mica. Su esencia y sus principios fundamentales, y su sistema y sus m�todos son radicalmente diferentes seg�n qui�nes sean sus protagonistas. En la sociedad capitalista donde se ense�orean los capitalistas, la administraci�n econ�mica tiene la facultad de oprimir y explotar a los trabajadores, para proporcionarle ganancias a los capitalistas. En contraste con esto, en la sociedad socialista donde las masas populares son las protagonistas de la administraci�n econ�mica, �sta es una facultad de direcci�n social destinada a asegurar las actividades econ�micas independientes y creadoras de los trabajadores.

El principio fundamental de la administraci�n econ�mica socialista es convertir a las masas populares en reales protagonistas de ella. Es decir, es hacer que esas masas ejerzan efectivamente su derecho y cumplan con su responsabilidad y su papel como protagonistas en la administraci�n econ�mica.

Esta es la cuesti�n fundamental que se plantea en la administraci�n econ�mica socialista y seg�n c�mo �sta se solucione se definir� el �xito de la construcci�n econ�mica socialista y el destino del sistema socialista.

Si las masas populares se convierten en due�as del poder estatal y de los medios de producci�n, se dan las condiciones sociales que les permiten ocupar la posici�n de protagonistas en la administraci�n econ�mica y cumplir con su responsabilidad y rol como tales. Pero esto no se logra espont�neamente con la creaci�n de esas condiciones.

Para lograrlo, la administraci�n econ�mica de la sociedad socialista debe realizarse a favor de los intereses y las demandas de las masas populares. Aunque se hayan creado tales condiciones mediante la eliminaci�n de la propiedad capitalista y la implantaci�n de la socialista, si la econom�a no es administrada seg�n la voluntad y las exigencias de las masas populares, es imposible que ellas ejerzan su derecho y cumplan con su responsabilidad y su papel como protagonistas en la gesti�n econ�mica.

S�lo si la administraci�n econ�mica responde a la voluntad y a las demandas de las masas populares y se convierte en una obra propia de �stas, todos los trabajadores pueden participar en ella como protagonistas y desplegar sin reservas su capacidad creadora en la edificaci�n econ�mica. Para que materialicen esta posibilidad, es preciso elevar su conciencia pol�tica y su entusiasmo creador. En la administraci�n econ�mica socialista hay que resolver todos los problemas mediante la elevaci�n de la conciencia pol�tica de sus protagonistas, las masas populares, y la movilizaci�n de su fuerza e inteligencia creadoras. S�lo cuando ellas se convierten en reales protagonistas de la administraci�n econ�mica, es posible que la econom�a del pa�s, siendo un mecanismo org�nico de producci�n, manifieste plenamente el poder�o del colectivismo y se desarrolle sin interrupci�n y a un alto ritmo.

Consolidar y promover sin descanso las relaciones de unidad y colaboraci�n camaraderiles en la gesti�n econ�mica socialista constituye un asunto fundamental para convertir a las masas populares en reales protagonistas de �sta. Las actividades econ�micas, independientes y creadoras, que ellas realizan como protagonistas, pueden obtener �xitos s�lo apoy�ndose en el colectivismo. Como el hombre es un ente social que vive y act�a manteniendo relaciones sociales, s�lo en el colectivo social puede hacer efectiva su demanda por la independencia y desempe�ar su papel creador. En la sociedad socialista las masas populares ocupan la posici�n de due�as y cumplen con la responsabilidad, con el rol que desempe�an como tales en la administraci�n econ�mica, esto est� relacionado con que este tipo de sociedad se basa en el colectivismo y el fundamento de sus relaciones lo constituyen la unidad y la cooperaci�n. En cuanto a la administraci�n econ�mica socialista, es posible hacer que las masas populares sean sus protagonistas reales, s�lo cuando las actividades econ�micas del colectivo y de los trabajadores en particular se organizan de manera unificada, seg�n el orden de la gesti�n econ�mica basado en el colectivismo, y se establecen con acierto las relaciones de unidad y cooperaci�n camaraderiles.

El principio fundamental de la administraci�n de la econom�a socialista refleja el car�cter de la sociedad socialista, la cual, siendo la fase inferior de la sociedad comunista cobra car�cter comunista y a la vez tiene car�cter transitorio por ser inmadura en comparaci�n con la fase superior.

A medida que avanza la construcci�n econ�mica socialista y se supera el car�cter transitorio de la sociedad socialista, ese principio llega a materializarse de modo m�s consecuente y, sobre esta base, el sistema y el m�todo de administraci�n econ�mica se perfeccionan a�n m�s.

Por reflejar el car�cter comunista de la sociedad socialista, la administraci�n econ�mica socialista posee caracter�stica peculiar que la distingue de la gesti�n empresarial capitalista, basada en el individualismo.

La administraci�n econ�mica socialista exige atenerse principalmente a la direcci�n pol�tica.

La direcci�n del partido constituye la l�nea respiratoria de la gesti�n econ�mica socialista y la fuente principal de su superioridad y vitalidad. Se realiza a trav�s de la direcci�n pol�tica de las actividades econ�micas de las personas. S�lo guiada por esta direcci�n pol�tica, la econom�a socialista puede manejarse y administrarse de manera correcta y conforme a su naturaleza.

La direcci�n pol�tica del partido es la garant�a principal para poner plenamente de manifiesto la capacidad creadora de las masas populares en las actividades econ�micas. La superioridad de la econom�a socialista radica en el pleno despliegue de la inagotable capacidad creadora de sus protagonistas, las masas populares. Esta capacidad se manifiesta al m�ximo cuando ellas se conforman un ente sociopol�tico, bas�ndose en la concepci�n de la vida colectivista. Quien las aglutina como ente sociopol�tico con una poderosa capacidad creadora, es el partido de la clase obrera. S�lo bajo su direcci�n pueden concientizarse y organizarse hasta unirse estrechamente al l�der y poseer una inquebrantable fuerza. Unicamente cuando se asegura de manera precisa la direcci�n pol�tica del partido es posible armar firmemente a todos los que participan en las actividades econ�micas con la idea revolucionaria del l�der y agruparlos compactamente en torno a �ste y al partido, y conducirlos para que dediquen toda su fuerza e inteligencia creativas para impulsar con dinamismo la edificaci�n econ�mica socialista.

La direcci�n pol�tica del partido permite a las instituciones econ�micas y a las empresas administrar la econom�a de acuerdo con las exigencias y los intereses de las masas populares. La gu�a directriz de estas actividades econ�micas son la l�nea y la pol�tica del partido, las cuales definen el objetivo y la orientaci�n, la estrategia y las t�cticas, y las tareas y los m�todos concretos para la lucha por defender y hacer efectiva la independencia de las masas populares en cada per�odo y etapa de la revoluci�n y la construcci�n. Si el Partido ejerce una fir me direcci�n pol�tica sobre todos los organismos econ�micos y las empresas para que defiendan y materialicen de manera consecuente su l�nea y pol�tica, es posible administrar y mane jar la econom�a conforme a las demandas y los intereses de las masas populares.

Esa direcci�n es indispensable para mantener y materializar los principios revolucionarios en la administraci�n econ�mica. Cuando �sta se asegura con firmeza, es posible eliminar por completo los elementos capitalistas y todas las dem�s desviaciones de derecha y de izquierda en la administraci�n econ�mica y mantener y defender, consolidar y desarrollar sin interrupci�n el r�gimen econ�mico socialista, basado en el colectivismo.

La administraci�n econ�mica socialista requiere que la econom�a se planifique bajo la direcci�n unificada del Estado.

Desarrollarla as� con rapidez es una demanda consustancial de la econom�a socialista, pues de este modo es posible consolidar y desarrollar sin cesar el sistema econ�mico socialista y acelerar el incremento de las fuerzas productivas hasta poder garantizar plena y materialmente la vida independiente y creadora de las masas populares.

El desarrollo planificado y equilibrado de la econom�a socialista y su alto ritmo ininterrumpido se logran cuando la econom�a es administrada y manejada bajo la direcci�n unificada del Estado. S�lo si el Estado la controla y dirige de manera unificada, puede elaborar el plan de desarrollo de la econom�a nacional seg�n la voluntad y las exigencias de las masas populares, organizar y dirigir con acierto su ejecuci�n e implantar la disciplina en el cumplimiento del plan estatal para lograr as� un planificado, equilibrado y r�pido desarrollo de la econom�a nacional. Al gestionarla, de modo planificado, bajo la direcci�n unificada del Estado, se pueden utilizar racionalmente los recursos humanos y naturales del pa�s y organizar con arreglo a un plan la producci�n y distribuci�n, la acumulaci�n y el consumo para promover en gran escala la reproducci�n ampliada socialista, as� como elevar la efectividad de la producci�n mediante el r�pido desarrollo de la ciencia y la t�cnica en el pa�s y su combinaci�n racional con la producci�n.

Los imperialistas y dem�s reaccionarios hacen alevosos esfuerzos para convertir la econom�a planificada socialista en capitalista de mercado, denigr�ndola al decir que �sta tiene un bajo nivel de productividad, impide el desarrollo t�cnico y limita la facultad creadora de los productores, porque se gestiona �de manera burocr�tica y administrativa� por el Estado. Por mucho que traten de embellecer, la econom�a de mercado capitalista no puede encubrir su naturaleza antipopular, pues lleva la explotaci�n y la opresi�n, el desempleo y la pobreza a las masas populares. Por ahora, en los pa�ses donde la econom�a socialista planificada se convirti� en capitalista de mercado por culpa de los restauracionistas burgueses, la propiedad socialista se ha convertido en capitalista, la econom�a cae en un estado ca�tico y de par�lisis y se transforma en una econom�a dependiente, as� como la vida del pueblo se empobrece cada d�a m�s debido a la reducci�n de la producci�n, el desempleo masivo,

la escasez de mercanc�as y el alza de sus precios. La �nica v�a para defender la econom�a planificada socialista y poner plenamente de manifiesto sus ventajas es intensificar la direcci�n unificada del Estado bajo la gu�a del partido. Debemos frustrar categ�rica y en�rgicamente las maquinaciones de los imperialistas y los restauracionistas burgueses, encaminadas a convertir la econom�a socialista planificada en capitalista de mercado, y defender y asegurar con firmeza la direcci�n unificada del Estado.

La gesti�n de la econom�a socialista requiere materializar a carta cabal la l�nea de masas.

En la sociedad socialista, donde las masas populares son las due�as, hay que aplicar estrictamente la l�nea de masas tambi�n en la administraci�n econ�mica a tenor de su naturaleza. La l�nea de masas de nuestro Partido es el principio b�sico para la direcci�n de las masas, dilucidado desde un nuevo �ngulo por los principios de la idea Juche. En la gesti�n de la econom�a socialista, seg�n las exigencias de esta l�nea debe respetarse la voluntad de las masas productoras, defenderse sus intereses y resolverse todos los problemas apoy�ndose en su entusiasmo revolucionario y su actividad creadora. Los funcionarios dirigentes de los organismos econ�micos estatales y las empresas, seg�n demanda esa l�nea, siempre deben defender firmemente los intereses de las masas populares, servirles con lealtad, as� como confiar en sus fuerzas, compenetrarse y compartir sus alegr�as y sus penas, movilizando su fuerza e inteligencia. Si esto se logra, se podr� resolver con �xito cualquier problema que se presente en la administraci�n econ�mica.

En la gesti�n de la econom�a socialista la l�nea de masas puede materializarse consecuentemente cuando se combina con la direcci�n unificada del Estado. Al aplicarse cabalmente la citada l�nea la administraci�n econ�mica socialista se convierte en una actividad que sirve genuinamente a los intereses de las masas populares, una actividad propia de las mismas que las orienta para que participen como due�as en la gesti�n econ�mica y cumplan puntualmente la pol�tica del Partido y su materializaci�n, el plan estatal, ayud�ndose y conduci�ndose unas a otras y desplegando su gran entusiasmo revolucionario y su facultad creadora.

Las experiencias pr�cticas de la gesti�n econ�mica socialista en nuestro pa�s demuestran que s�lo mediante una en�rgica lucha por la materializaci�n de la l�nea de masas en la administraci�n econ�mica, �sta puede servirles y convertirse con seguridad en una obra de las propias masas. Nuestro Partido condujo a los funcionarios de los organismos econ�micos estatales a llevar adelante una lucha sin tregua contra el burocratismo y por la cristalizaci�n de la l�nea de masas en la direcci�n y administraci�n de la econom�a socialista y en este proceso implant� el sistema y el m�todo de trabajo revolucionarios, logrando solucionar de modo brillante la materializaci�n de la l�nea de masas en dicha actividad.

La administraci�n de la econom�a socialista tiene tambi�n la caracter�stica que refleja el car�cter transitorio de la sociedad socialista. Aunque este car�cter transitorio no puede determinar su caracter�stica esencial, es muy importante tomarlo en consideraci�n en la gesti�n econ�mica. Partiendo del car�cter transitorio de la sociedad socialista, las empresas poseen autonom�a relativa en la gesti�n econ�mica socialista y para esta gesti�n utilizan como medios la estimulaci�n material con respecto al trabajo, las relaciones mercantiles y monetarias y la ley del valor. En la administraci�n econ�mica socialista no debe menospreciarse el car�cter transitorio de la sociedad socialista, absolutiz�ndose s�lo su car�cter comunista.

En ella, hay que considerar por igual el car�cter comunista y el transitorio de la sociedad socialista. Para resolver la cuesti�n de la administraci�n econ�mica conforme a estos dos caracteres, lo importante es aplicar de manera correcta, de acuerdo con la naturaleza colectivista de la sociedad socialista, las leyes y categor�as econ�micas que reflejan ese car�cter transitorio, las cuales representan las condiciones socioecon�micas del sistema socialista donde a�n subsisten remanentes de la vieja sociedad. En la gesti�n econ�mica socialista no hay que menospreciar la aplicaci�n de estas, ni absolutizarlas concedi�ndole demasiada importancia. Si las absolutizan resulta que crecer�n los elementos capitalistas que traer�n graves consecuencias tales como convertir la econom�a socialista en capitalista. En la gesti�n econ�mica socialista hay que aprovechar estas leyes y categor�as econ�micas con eficacia conforme a la naturaleza colectivista de la sociedad socialista, convirti�ndolas as� en palancas econ�micas que sirven para manifestar la superioridad del r�gimen socialista.

En la actualidad, los socialdem�cratas contempor�neos las subrayan y absolutizan hasta el punto de introducir la econom�a de mercado capitalista. Este es el camino que conduce a abandonar el socialismo y restaurar el capitalismo. En la sociedad socialista hay que utilizar estas palancas, en todos los casos, para establecer mejor las relaciones de unidad y cooperaci�n basadas en el colectivismo y fortalecer la econom�a socialista planificada, y no para fomentar el individualismo y el ego�smo y restaurar la econom�a de mercado capitalista. El colectivismo y el individualismo se contraponen radicalmente y no son compatibles jam�s la econom�a socialista planificada y basada en el colectivismo y la econom�a capitalista de mercado fundamentada en el individualismo.

Al utilizar, de manera correcta, de acuerdo con la peculiaridad esencial de la gesti�n econ�mica socialista, las palancas

econ�micas que reflejan ese car�cter transitorio, debemos lograr que ellas sirvan de forma eficaz para oponerse al individualismo y al ego�smo, materializar cabalmente el principio del colectivismo, intensificar la administraci�n de la econom�a planificada y unificada por el Estado y manifestar plenamente la superioridad de la econom�a socialista planificada.

La misi�n principal de la gesti�n econ�mica socialista consiste en acelerar al m�ximo la construcci�n econ�mica socialista desplegando a plenitud las ventajas del r�gimen econ�mico socialista, para as� asentar s�lidamente las bases materiales y t�cnicas del socialismo y el comunismo y garantizar la vida independiente y creadora de las masas populares. La superioridad del r�gimen econ�mico socialista puede manifestarse en alto grado cuando la direcci�n y la gesti�n de la econom�a son llevadas a buen t�rmino bajo el sabio liderazgo del partido y del l�der. En nuestro pa�s esto sucede gracias a que se le dio la soluci�n m�s correcta al problema de la gesti�n econ�mica socialista bajo la sabia direcci�n del Partido y el L�der.

El principio fundamental de la administraci�n econ�mica socialista est� reflejado en los preceptos principales de la gesti�n econ�mica.

El gran L�der, camarada Kim Il Sung, organizando y dirigiendo con acierto el proceso de la construcci�n econ�mica socialista, generaliz� las ricas experiencias acumuladas en la gesti�n econ�mica y defini� de modo cient�fico los preceptos principales de la administraci�n econ�mica socialista.

Estos consisten en combinar de manera adecuada la direcci�n pol�tica y la econ�micot�cnica, la direcci�n unificada del Estado y la iniciativa creadora de cada unidad, la democracia y el mando �nico, el est�mulo pol�ticomoral y el material. En otras palabras, residen en que los organismos econ�micos del Estado ejerzan la direcci�n t�cnicoecon�mica bajo la direcci�n pol�tica del Partido, cada unidad eleve su creatividad sobre la base de garantizar la orientaci�n unificada y planificada del Estado, se aplique el mando �nico a condici�n de asegurar la democracia, as� como se da prioridad al est�mulo pol�ticomoral, combin�ndolo armoniosamente con el material.

Se trata de preceptos revolucionarios que permiten defender el principio revolucionario de la clase obrera en la administraci�n econ�mica y realizar la gesti�n y el manejo cient�ficos y racionales de la econom�a a tenor de la naturaleza del sistema socialista.

Gracias a que la teor�a jucheana aclar� cient�ficamente el principio fundamental y los preceptos principales en cuanto a la administraci�n de la econom�a socialista centr�ndolos en las masas populares, se abri� el aut�ntico camino que les permite ocupar su posici�n y cumplir con su responsabilidad y papel como protagonistas de la producci�n y la administraci�n. El que se definan ese principio y preceptos centrados en las masas populares, constituye una de las originalidades y ventajas de la teor�a jucheana acerca de la administraci�n de la econom�a socialista.

La anterior teor�a revolucionaria de la clase obrera no pod�a expresar un correcto principio y preceptos fundamentales de la gesti�n econ�mica socialista, debido a las limitaciones de la concepci�n del mundo centrada en la materia y a la falta de experiencia pr�ctica en la edificaci�n socialista. En el pasado, algunos pa�ses dirigieron y gestionaron la econom�a socialista, dando preferencia a la direcci�n t�cnicoecon�mica, el m�todo de administraci�n y el est�mulo material. Esto impidi� manifestar plenamente la superioridad del r�gimen socialista, incentivando el burocratismo en la gesti�n econ�mica y fomentando entre las personas ideas retr�gradas como el ego�smo individual y el sectorialismo.

Hoy, los socialdem�cratas contempor�neos introducen los m�todos capitalistas en la administraci�n econ�mica, convirtiendo as� la econom�a socialista en capitalista. La gesti�n econ�mica capitalista se contrapone fundamentalmente a la socialista. En la sociedad capitalista el derecho a la gesti�n empresarial pertenece a los capitalistas, poseedores de los medios de producci�n, en tanto las masas productoras, siendo esclavas del capital, no tienen ning�n derecho a la administraci�n. Las relaciones entre los capitalistas y las masas productoras se caracterizan por el antagonismo y el conflicto clasista. El sistema de administraci�n empresarial capitalista es un cruel sistema desp�tico que somete por fuerza a las masas productoras a actividades empresariales en beneficio de los capitalistas, un sistema de explotaci�n antipopular que las oprime at�ndolas al dinero. Los socialdem�cratas contempor�neos imponen a las masas productoras a tal sistema reaccionario. Adem�s, emplean en la administraci�n econ�mica el desempleo como medio para elevar la intensidad del trabajo, convierten las relaciones entre las personas en relaciones mercantiles y monetarias, niegan la direcci�n del partido y el mando centralizado y planificado del Estado, as� como insisten en la posesi�n privada de las empresas y la competencia libre ilimitada. Impulsados por la idea de dar primac�a a lo material, consideran a las masas productoras, no como dignos entes con conciencia ideol�gica independiente, sino como viles seres que persiguen s�lo su inter�s personal, no como poderosos entes con capacidad creadora, sino como seres impotentes que son gobernados por las condiciones econ�micomateriales. Es absurdo que, partiendo de este punto de vista y criterio err�neos sobre las masas productoras, traten de superar las dificultades surgidas en la gesti�n econ�mica socialista con el m�todo de introducir la econom�a capitalista de mercado y el individualismo. Los graves hechos que ocurren en la actualidad en algunos pa�ses muestran elocuentemente que si se trata la cuesti�n de la administraci�n econ�mica socialista centr�ndose en lo material o en la ganancia, y no en las masas populares, es imposible mantener siquiera la existencia del r�gimen socialista, y menos manifestar las ventajas del sistema de econom�a socialista.

Bajo la direcci�n del Partido y seg�n el principio y los preceptos fundamentales de la gesti�n econ�mica socialista, en nuestro pa�s se implantaron el sistema y el m�todo de administraci�n econ�mica centrados en las masas populares, que les sirven con lealtad a ellas y elevan notablemente su papel creador, gracias a lo cual se solucion� de modo magn�fico el problema de la administraci�n econ�mica socialista en correspondencia con los principios revolucionarios de la clase obrera y la naturaleza del r�gimen socialista. Las experiencias pr�cticas de la edificaci�n socialista reafirman fehacientemente que para resolver el problema de la gesti�n econ�mica no hay otra v�a que atenerse al principio y los preceptos fundamentales definidos por la teor�a jucheana sobre la administraci�n econ�mica socialista.

Bien conscientes de la justeza y superioridad de esta teor�a centrada en las masas populares, debemos aplicarla de manera consecuente en la administraci�n de la econom�a socialista.

 

 

2.

ACERCA DEL SISTEMA DE GESTION DE LA ECONOMIA SOCIALISTA

 

Implantar un correcto sistema de administraci�n de la econom�a socialista tiene una gran importancia para consolidar y desarrollar el r�gimen econ�mico socialista y para mostrar plenamente la superioridad del socialismo.

Por sistema de administraci�n econ�mica se entienden el sistema de trabajo y el del organigrama administrativo para programar y dirigir las actividades econ�micas del pa�s. El sistema de trabajo en la gesti�n econ�mica implica el r�gimen y el orden para materializar el principio y los preceptos fundamentales de la administraci�n econ�mica; el sistema del organigrama administrativo abarca la estructura y la funci�n de las organizaciones de gesti�n econ�mica y la correlaci�n entre �stas. En la sociedad socialista, s�lo si se establece de manera correcta el sistema de gesti�n econ�mica, se pueden definir con acierto el sentido y los reglamentos de las actividades, la posici�n y el papel de las organizaciones de gesti�n econ�mica y de todos sus miembros y coordinarse de modo perfecto sus acciones. Cuando se implanta de acuerdo con la naturaleza del r�gimen socialista y mejora y se perfecciona seg�n las demandas del desarrollo de la realidad, se consolida incesantemente el sistema de la econom�a socialista y se ponen de manifiesto sus ventajas y su vitalidad, pero en el caso contrario, resulta que �ste se degenera paulatinamente hasta convertirse en capitalista. La cuesti�n del sistema de administraci�n econ�mica socialista es tan vital que determina la existencia o la ruina del sistema de la econom�a socialista.

Establecer y perfeccionar el sistema de gesti�n econ�mica socialista es una tarea muy dif�cil y complicada, pues implica una transformaci�n social para eliminar el viejo orden de administraci�n econ�mica y una labor creadora encaminada a implantar y consolidar otro nuevo socialista. En la implantaci�n de este sistema lo importante es eliminar por completo los residuos del orden de gesti�n econ�mica capitalista en la industria, la agricultura y los dem�s sectores de la econom�a nacional y establecer de modo integral otro nuevo socialista basado en el principio y los preceptos revolucionarios. S�lo de alcanzar este objetivo, el sistema de gesti�n econ�mica socialista puede ser una poderosa arma para mantener y consolidar el r�gimen econ�mico socialista y mostrar plenamente su superioridad.

El proceso de perfeccionar de modo integral el orden de administraci�n econ�mica socialista es el de consolidar y desarrollar sin cesar el orden de gesti�n econ�mica que refleja el car�cter comunista y el de superar gradualmente el que refleja el car�cter transitorio. Con miras a mejorar y perfeccionar el sistema de administraci�n econ�mica socialista conforme al leg�timo proceso de su implantaci�n, es preciso crear el prototipo de gesti�n econ�mica comunista al que debe adherirse con firmeza en todo el per�odo hist�rico de transici�n de la administraci�n econ�mica socialista a la comunista.

A principios de la d�cada de 1960 cuando se ha implantado el r�gimen socialista e impulsaba la reconstrucci�n t�cnica general de la econom�a nacional en nuestro pa�s, el gran L�der, camarada Kim Il Sung, cre� el sistema de trabajo Taean materializando el esp�ritu y el m�todo Chongsanri en la administraci�n econ�mica, gracias a lo cual se vio realizada magn�ficamente la tarea hist�rica de crear el prototipo de gesti�n econ�mica comunista y se abri� un nuevo horizonte para la administraci�n econ�mica socialista y comunista. La implantaci�n del sistema de trabajo Taean fue una reforma de trascendencia hist�rica que propici� un radical salto hacia el sistema de gesti�n econ�mica comunista seg�n el cual se administra la econom�a bajo la direcci�n colectiva del comit� del Partido.

Este sistema, m�s ventajoso y conveniente a la naturaleza del r�gimen socialista es una forma de administraci�n econ�mica jucheana que permite manejar de manera cient�fica y ra

cional la econom�a, aplicando la l�nea de masas bajo la direcci�n colectiva del comit� del Partido. La esencia de dicho sistema consiste en que es la encarnaci�n de la idea Juche y la l�nea revolucionaria de masas basada en esa doctrina. Se trata de un original sistema de gesti�n econ�mica que combina la direcci�n �nica del Partido y la centralizada y planificada del Estado con la l�nea de masas. Es, precisamente, el sistema de gesti�n econ�mica centrado en las masas populares que les permite a �stas manejar de modo cient�fico y racional la econom�a como sus aut�nticas protagonistas, y es la forma de gesti�n econ�mica comunista que encarna de modo excelente el principio colectivista �Uno para todos y todos para uno�.

Seg�n ese sistema los organismos econ�micos y las empresas efect�an sus actividades administrativas bajo la direcci�n colectiva del comit� del Partido.

La direcci�n colectiva del comit� del Partido es el n�cleo principal del sistema de trabajo Taean, porque ese comit� que es el supremo �rgano directivo de la unidad dada, discute y decide en forma colectiva todos los asuntos relacionados con la gesti�n econ�mica y seg�n lo acordado all� los trabajadores partidistas y los funcionarios administrativos y econ�micos programan y ejecutan el trabajo.

La direcci�n colectiva del comit� del Partido significa la direcci�n pol�tica de la econom�a y la direcci�n basada en la pol�tica. Es diferente a la direcci�n administrativa y profesional o a la direcci�n econ�mica y t�cnica que ejercen los organismos correspondientes. La direcci�n colectiva del comit� del Partido, que es el �rgano de mando pol�tico, no tiene nada que ver con el acaparamiento del trabajo administrativo o con el m�todo administrativo. Ella implica definir la orientaci�n y la v�a para ejecutar la pol�tica econ�mica del Partido, apoy�ndose en la inteligencia colectiva de las masas e investigar y controlar

para que se ejecute puntualmente lo discutido y decidido en sus reuniones organizando y movilizando a las masas con m�todos pol�ticos. Dirigir de manera pol�tica y sobre la base de la pol�tica las actividades econ�micas es, precisamente, la caracter�stica esencial de la direcci�n colectiva del comit� del Partido.

La direcci�n colectiva del comit� del Partido permite asegurar con firmeza la preponderancia de la direcci�n pol�tica y combinarla de manera org�nica con la direcci�n econ�mica y t�cnica, porque seg�n la orientaci�n y las tareas discutidas y decididas en el comit� del Partido, los funcionarios econ�micos y administrativos realizan el trabajo econ�mico y t�cnico y organizan actividades administrativas, mientras los funcionarios partidistas y de las organizaciones de trabajadores hacen la labor pol�tica. Adem�s, propicia eliminar el subjetivismo y la arbitrariedad del individuo y discutir y decidir en colectivo la orientaci�n y las v�as para cumplir las tareas econ�micas planteadas, sintetizando la voluntad y las exigencias de las amplias masas productoras, as� como materializarlas con �xito poniendo al rojo vivo el entusiasmo revolucionario y la actividad creadora de �stas. Y permite que los funcionarios administrativos dirijan con resoluci�n seg�n lo discutido y decidido en el comit� del Partido y que las organizaciones partidistas y de trabajadores movilicen a las masas y garanticen en lo pol�tico que la direcci�n unificada de los funcionarios administrativos se haga efectiva gracias a la alta conciencia de las masas.

Los socialdem�cratas contempor�neos rechazan la direcci�n partidista de la labor econ�mica. Si se castra la direcci�n partidista, direcci�n pol�tica de la labor econ�mica, no se puede esperar que las actividades administrativas se programen e impulsen por una correcta v�a desde el punto de vista de la pol�tica ni que se realice con �xito la labor pol�tica encaminada a educar a las personas y organizarlas y movilizarlas para el

cumplimiento de las tareas econ�micas. Abandonar la direcci�n partidista de la labor econ�mica, es, en esencia, rechazar la direcci�n del partido en la construcci�n econ�mica socialista y renunciar a los principios revolucionarios de la clase obrera. Con la profundizaci�n y desarrollo de la revoluci�n, debemos intensificarla, para impedir que surjan elementos capitalistas y revisionistas en la gesti�n econ�mica socialista.

El sistema de trabajo Taean demanda cumplir las tareas econ�micas presentadas mediante la priorizaci�n de la labor pol�tica y la movilizaci�n de las masas productoras y exige que el superior ayude con responsabilidad al subalterno.

La priorizaci�n de la labor pol�tica y la ayuda por parte del superior al subalterno en la gesti�n econ�mica constituyen requisitos fundamentales para llevar a cabo la l�nea de masas y una importante garant�a para asegurar la cientificidad y minuciosidad de la direcci�n. El sistema de trabajo Taean permite conducir a las amplias masas a participar conscientemente en el cumplimiento de las tareas econ�micas, priorizando la labor pol�tica bajo la direcci�n colectiva del comit� del Partido y ayudar activamente el superior al subalterno en lo pol�tico e ideol�gico y en lo econ�mico y t�cnico. De esta manera propicia que los trabajadores laboren de modo concienzudo y seg�n sus fines bien definidos en bien de la sociedad y la colectividad, que se estrechen la unidad y cooperaci�n y que se asegure en forma inmejorable la coproducci�n socialista.

El sistema de trabajo Taean exige administrar y manejar la econom�a de manera planificada.

La econom�a socialista tiene posibilidad de desarrollarse de modo planificado y equilibrado bas�ndose en la propiedad social sobre los medios de producci�n. Esta posibilidad se convierte en realidad si se establece un sistema de trabajo cient�fico seg�n el cual la econom�a nacional es administrada tal como lo exige la ley del desarrollo planificado y equilibrado y las masas se organizan y movilizan de manera correcta.

El sistema de trabajo Taean asegura con firmeza el desarrollo planificado y equilibrado de la economIa nacional mediante la implantaci�n del r�gimen y el orden de combinar la direcci�n centralizada del Estado con la lInea de masas bajo la guIa del Partido en la elaboraci�n y ejecuci�n del plan. El problema primordial que se presenta para establecer el sistema de administraci�n planificada de la economIa nacional es implantar en la planificaci�n el sistema de trabajo que no permite el subjetivismo de sus organismos estatales y el sectorialismo de los productores, combina con acierto las demandas del Partido y el Estado con las de los productores y programa en detalles y de manera correcta las actividades de todas las ramas y unidades de la economIa nacional. El sistema de trabajo Taean posibilita que los funcionarios de los organismos de planificaci�n del Estado y de las instituciones superiores, buenos conocedores de las exigencias del Partido y el Estado y de la vida econ�mica en general del paIs, tracen el plan discutiendo con las amplias masas productoras y las masas lo acepten como lo suyo. Adem�s, permite que las secciones de planificaci�n de los organismos econ�micos y de las empresas se desempe�en como c�lulas de los organismos de planificaci�n del Estado, la labor de planificaci�n se realice bajo la direcci�n unificada del Comit� Estatal de Planificaci�n, y los Indices del plan se acoplen en concreto desde las instancias inferiores hasta las superiores. Por eso propicia que se materialice de manera correcta la orientaci�n de nuestro Partido para la unificaci�n y pormenorizaci�n del plan, y se maneje, seg�n el plan, la economIa socialista mediante la soluci�n �ptima de los problemas que surgen en su administraci�n en relaci�n con la planificaci�n.

El sistema de trabajo Taean garantiza la vinculaci�n acertada de las ciencias y t�cnicas con la producci�n.

La econom�a socialista es la econom�a altamente modernizada y fundamentada en las ciencias, que se desarrolla seg�n las leyes econ�micas objetivas y apoy�ndose en los logros de la ciencia y la t�cnica. El progreso unificado de las ciencias y t�cnicas y de la producci�n es una de las caracter�sticas principales del desarrollo de la producci�n moderna. El r�pido e incesante crecimiento de la producci�n moderna se logra mediante el proceso de desarrollo cient�fico y t�cnico y su amplia introducci�n oportuna en la producci�n, y la direcci�n de la producci�n se efect�a mediante el ejercicio de la direcci�n cient�fica y t�cnica. El sistema de trabajo Taean posibilita intensificar decisivamente la direcci�n cient�fica y t�cnica y ensamblar de manera org�nica los planes de desarrollo cient�fico y t�cnico y los de incremento productivo e impulsar su cumplimiento para priorizar con seguridad la promoci�n de las ciencias y t�cnicas e introducir sus adelantos en la producci�n. Adem�s, permite conjugar adecuadamente la ciencia y la t�cnica con la producci�n, porque el ingeniero jefe de la empresa, conocedor de las t�cnicas, controla de manera unificada y dirige integralmente, como jefe de estado mayor, todas las actividades directamente relacionadas con la producci�n. Una de las ventajas de ese sistema consiste en despertar el entusiasmo revolucionario y la iniciativa creadora de las masas productoras y desarrollar con rapidez la econom�a mediante la conjugaci�n de la ciencia y la t�cnica con la producci�n y la fundamentaci�n cient�fica y t�cnica de �sta a un alto nivel.

Este sistema asegura de modo racional la producci�n, aprovechando con eficiencia las palancas econ�micas.

Esas palancas son un medio importante para la gesti�n racional de la econom�a socialista. El problema fundamental que se presenta para utilizarlas es aplicarlas en correspondencia con el car�cter colectivista de la sociedad socialista y la legitimidad de su desarrollo. Ese orden de asegurar racionalmente la producci�n mediante la utilizaci�n correcta de las palancas econ�micas se logr� exitosamente gracias al sistema de trabajo Taean. Este permite utilizar las palancas econ�micas como medios para garantizar la planificaci�n y efectividad de la producci�n, sobre la base de priorizar con firmeza la labor polItica dirigida a elevar sin cesar el entusiasmo revolucionario y la actividad creadora de los trabajadores, que son considerados como la principal fuerza impulsora del desarrollo de la economIa socialista.

Al facilitar el establecimiento del orden en que se definan de manera cientIfica los Indices cualitativos y cuantitativos de la producci�n a la altura de la realidad y, teni�ndolos en consideraci�n, se aseguren los �xitos de las actividades de gesti�n, el sistema de trabajo Taean posibilita sobrecumplir los Indices cuantitativos mediante el mejoramiento de los cualitativos. Favorece que los materiales se suministren en forma comercial, seg�n el plan y el contrato, y a trav�s de las empresas correspondientes. De este modo es posible cumplir satisfactoriamente las tareas de producci�n con pocos materiales. El sistema de trabajo Taean facilita aumentar la productividad del trabajo y asegurar la producci�n con poca mano de obra estableciendo el sistema de definir cientIficamente las normas del trabajo, organizar, sobre esta base, la fuerza laboral y utilizar de manera racional la palanca de la remuneraci�n del trabajo. Adem�s, asegura la producci�n de forma racional en el sentido de dar mayores beneficios al Estado realizando exactos c�lculos econ�micos y aumentando la rentabilidad, mediante la utilizaci�n eficiente de las palancas financieras. Asimismo, permite que las empresas apliquen el sistema de autofinanciamiento, ateni�ndose al principio de realizar las actividades administrativas de modo creador, con relativa autonom�a y bajo la direcci�n planificada del Estado. De esta manera, el sistema de autofinanciamiento sirve para aplicar mejor el principio del colectivismo y garantizar de lleno el desarrollo planificado y equilibrado de la econom�a nacional, as� como para aumentar la efectividad de la producci�n y las actividades administrativas.

El sistema de trabajo Taean, al establecer una f�rmula apropiada para utilizar de modo correcto las palancas econ�micas en concordancia con la naturaleza colectivista de la sociedad socialista, permite que esas palancas contribuyan activamente a demostrar la superioridad del r�gimen econ�mico socialista y asegurar de forma racional la producci�n planificada.

Este es el m�s ventajoso sistema de administraci�n econ�mica socialista, el cual se aplica de manera integral en todos los sectores de nuestra econom�a nacional. Todos los sistemas de administraci�n econ�mica de nuestro pa�s, sobre todo, el de direcci�n agr�cola cuyo eje es el comit� distrital de administraci�n de las granjas cooperativas y el de planificaci�n que asegura la unificaci�n y pormenorizaci�n del plan, son para gestionar la econom�a de manera planificada y cient�fica, aplicando la l�nea de masas bajo la direcci�n colectiva del comit� del Partido seg�n lo exige el sistema de trabajo Taean. El sistema de gesti�n econ�mica socialista con el sistema Taean como eje, implantado en el pa�s en todos sus aspectos, es una forma original de administraci�n econ�mica a nuestro estilo. La experiencia hist�rica obtenida al resolver el problema de la administraci�n econ�mica socialista demuestra que para la construcci�n de la econom�a socialista no existe ni puede existir otro sistema de gesti�n econ�mica mejor que el de trabajo Taean. Debemos sentir un alto orgullo y dignidad por tener el m�s ventajoso sistema de gesti�n econ�mica socialista, a nuestro estilo, as� como debemos defender con firmeza y aplicar a carta cabal ese sistema de gesti�n econ�mica socialista del Juche, sin ninguna vacilaci�n ante cualquier viento que sople.

Este a�o se conmemora el 30 aniversario de la implementaci�n del sistema de trabajo Taean. Durante este tiempo se han obtenido resonantes �xitos en los esfuerzos por introducirlo. Debemos consolidar esos �xitos y aplicarlo m�s consecuentemente.

Con este fin es preciso intensificar la direcci�n colectiva del comit� del Partido, para que el colectivismo surta un efecto real en la gesti�n econ�mica. El gran poder�o del sistema de trabajo Taean consiste en movilizar al m�ximo la fuerza y la inteligencia creadoras de todas las personas que participan en las actividades econ�micas bajo la direcci�n del Partido. En todos los sectores y las unidades de la econom�a nacional hay que consultar y resolver sobre la base del an�lisis colectivo bajo la direcci�n del comit� del Partido los problemas relativos a la gesti�n econ�mica e impedir que algunos individuos los traten con subjetivismo y arbitrariedad. Los funcionarios partidistas y los administrativos y econ�micos deben cooperar en el trabajo y fortalecer la unidad camaraderil. En especial, el director, el secretario del Partido y el ingeniero jefe, miembros de direcci�n de la empresa, unidos como un solo hombre, deben colaborar estrechamente como camaradas y cumplir con su responsabilidad, desde su posici�n. Si en la empresa el director es el comandante, el secretario del Partido es como el comisario pol�tico. Los dirigentes principales del Partido de las empresas no deben actuar arbitrariamente, detentando la labor administrativa. Teniendo bien presente que esto es el obst�culo principal que impide la aplicaci�n estricta del sistema de trabajo Taean en la direcci�n econ�mica y la gesti�n empresarial, deben realizar con propiedad y seg�n lo acordado en el comit� del Partido la labor pol�tica destinada a garantizar el trabajo administrativo y econ�mico y la educaci�n ideol�gica de los trabajadores, de manera que los funcionarios, t�cnicos y obreros, unidos con una sola idea y voluntad, desarrollen a plenitud su sentido de responsabilidad y su facultad creadora para el cumplimiento de las tareas econ�micas asignadas. El director y el ingeniero jefe han de aceptar siempre con honestidad la direcci�n partidista y cumplir con su responsabilidad y papel como comandantes administrativos para que los problemas discutidos y decididos en colectivo en el comit� del Partido se solucionen a tiempo y consecuentemente.

Con vistas a mejorar la direcci�n y la gesti�n de la econom�a socialista mediante la aplicaci�n consecuente del sistema de trabajo Taean, es necesario que los funcionarios administrativos y econ�micos efect�en con responsabilidad y de manera creadora el trabajo econ�micot�cnico y la labor organizativoadministrativa adhiri�ndose al principio de dar prioridad al desarrollo cient�fico y t�cnico y elevar la eficiencia econ�mica y la calidad de los productos.

Desarrollar la ciencia y la t�cnica y elevar la eficiencia econ�mica y la calidad de los productos es una importante tarea que se presenta en la labor organizativoadministrativa y econ�mica. Cuanto m�s se profundiza la edificaci�n socialista, tanto m�s crecen esas demandas.

El desarrollo de la ciencia y la t�cnica es el factor principal para el incremento de la eficiencia econ�mica y el mejoramiento de la calidad de los productos y fomentar la producci�n bas�ndose en el r�pido progreso cient�ficot�cnico constituye la tendencia principal actual para el desarrollo econ�mico. Una de las ventajas importantes del sistema de trabajo Taean consiste, precisamente, en estimular con energ�a el progreso t�cnico mediante la intensificaci�n de la direcci�n cient�fica y t�cnica.

Nos compete, pues, priorizar con seguridad el desarrollo cientIficot�cnico para asI alcanzar cuanto antes el nivel mundial. En esto lo importante es trazar con acierto un plan al respecto y garantizar bien su cumplimiento. Ese plan debe responder a las demandas de la adecuaci�n de la economIa a las condiciones nacionales, su modernizaci�n y su fundamentaci�n cientIfica y a la realidad de las unidades correspondientes. Hay que suministrar primero los equipos, materiales y fondos necesarios para el cumplimiento de ese plan, introducir a tiempo y activamente los �xitos de la investigaci�n cientIfica y t�cnica en la producci�n y desplegar con dinamismo el movimiento masivo por la innovaci�n t�cnica, de manera que todos los t�cnicos y obreros se conviertan en creadores de la nueva t�cnica e innovadores. Al mismo tiempo que desarrollamos la t�cnica en el paIs, principalmente con nuestra propia fuerza, debemos introducir de modo activo los adelantos de otras naciones.

Elevar la eficiencia econ�mica constituye la vIa principal para asegurar el alto ritmo ininterrumpido de la reproducci�n ampliada socialista ahorrando el trabajo social y aumentando el ingreso neto de la sociedad. Los organismos econ�micos y las empresas deben elevar la eficiencia de la producci�n, concediendo atenci�n constante a sus Indices cualitativos como la productividad del trabajo, las normas de consumo de materiales y el costo de los productos y mejor�ndolos sin cesar. Tambi�n cuando se promueve el desarrollo t�cnico y se realiza la inversi�n en la construcci�n capital, hay que organizar con esmero la economIa, sobre la base de un c�lculo cientIfico, concentrando las fuerzas en el aumento de la eficiencia econ�mica.

Todas las unidades productivas, conscientes de la importancia que tiene el mejoramiento de la calidad de los productos para ahorrar el trabajo social, elevar la eficiencia de la producci�n, mejorar la vida del pueblo y desarrollar el comercio exterior, tienen que establecer de manera estricta el sistema cient�fico de control de la calidad y elevarla decisivamente.

A fin de introducir integralmente el sistema de trabajo Taean, es preciso mejorar y perfeccionar el aparato de administraci�n econ�mica conforme a la realidad en desarrollo.

El organigrama de administraci�n econ�mica socialista tiene como misi�n principal desarrollar sin interrupci�n la producci�n y la t�cnica aplicando de modo consecuente el sistema de trabajo Taean.

El mismo debe establecerse a partir del principio de combinar de manera armoniosa la direcci�n unificada del Estado con la iniciativa creadora de las empresas y las localidades. Esta combinaci�n se realiza mediante la delimitaci�n racional de las responsabilidades y facultades entre el Estado y las empresas y entre el Estado y los organismos administrativos y econ�micos de las localidades. Si, con el pretexto de que la econom�a socialista est� centralizada, atan a las empresas y localidades sin concederles determinada autoridad, es imposible fomentar su autonom�a y creatividad, pero al contrario, si les confieran excesiva autoridad para gestionar la econom�a con la justificaci�n de elevar su iniciativa creadora, resulta que se debilita la direcci�n centralizada del Estado y se arruina la econom�a socialista. Hay que seguir perfeccionando el aparato administrativo de la econom�a socialista partiendo del principio de estimular la autonom�a y la iniciativa creadora de las empresas y de las instituciones administrativas y econ�micas de las localidades, al concederles determinadas facultades sobre la base de fortalecer la direcci�n planificada y centralizada del Estado.

El organigrama de administraci�n econ�mica debe implantarse sobre la base del principio de combinar de manera adecuada los rasgos productivos y los regionales. S�lo as�, es posible solucionar satisfactoriamente los importantes problemas relacionados con el desarrollo y la direcci�n de la econom�a tales como, asegurar de forma correcta la especializaci�n de la producci�n y la producci�n cooperativa, intensificar la direcci�n t�cnica de la producci�n y lograr que la direcci�n se una con la realidad.

Al establecer el organigrama de gesti�n econ�mica se debe observar el principio de combinar de modo correcto la direcci�n pol�tica, la econ�micot�cnica y la administrativoorganizativa. Esto constituye una v�a importante para gestionar cient�ficamente la moderna econom�a socialista de gran envergadura priorizando con seguridad la labor pol�tica y combinando estrechamente la labor econ�micot�cnica y la administrativoorganizativa, seg�n lo exige el sistema de trabajo Taean.

El aparato de administraci�n econ�mica debe simplificarse en la medida de lo posible sin dejar de fortalecer las unidades inferiores. S�lo de esta manera puede convertirse en un aparato aut�nticamente objetivo y �til para los productores.

A fin de aplicar de manera consecuente el sistema de trabajo Taean y demostrar en alto grado sus ventajas, es preciso esforzarse por regularizar la administraci�n econ�mica.

La gesti�n econ�mica regularizada es un modo de administraci�n seg�n el cual las instituciones correspondientes y sus integrantes act�an de manera ordenada acorde a determinadas reglas. Propicia que la gesti�n econ�mica se realice a tenor de la naturaleza de la sociedad socialista basada en el colectivismo y las caracter�sticas de la econom�a socialista moderna de gran envergadura. Si se regulariza la gesti�n econ�mica, se puede establecer una disciplina seg�n la cual todos los funcionarios administrativos y los productores se mueven al un�sono de acuerdo con las normas respectivas y las actividades cotidianas de todas las ramas y unidades de la econom�a nacional se realizan estrictamente seg�n las exigencias del sistema de gesti�n econ�mica socialista. La regularizaci�n de la gesti�n econ�mica es una v�a eficiente para consolidar desde el punto de vista organizativo el sistema de trabajo Taean y demostrar de modo suficiente su vitalidad y sus ventajas.

Para regularizar la gesti�n econ�mica, es preciso elaborar correctamente las normas requeridas a partir de la realidad. Las normas deben ser trazadas bas�ndose en las experiencias pr�cticas acumuladas en la construcci�n de la econom�a socialista en nuestro pa�s y reflejando las exigencias del sistema de trabajo Taean, y ser utilitarias para despertar el entusiasmo creador de los trabajadores en sus actividades. Tambi�n hace falta definir bien las funciones de los organismos econ�micos y de las secciones administrativas de las empresas. Esas normas y funciones deben mejorarse y perfeccionarse conforme a la demanda de la realidad en desarrollo.

Para regularizar la administraci�n econ�mica es muy importante preparar debidamente la unidad modelo y generalizar sus experiencias. Formar ejemplos en una unidad y generalizarlos constituye un m�todo de trabajo tradicional de nuestro Partido. Los organismos de direcci�n econ�mica deben llevar a feliz t�rmino la labor para mejorar e intensificar m�s la gesti�n de las unidades modelo ya preparadas por sectores y generalizar las experiencias acumuladas en la regularizaci�n.

Con el prop�sito de regularizar la administraci�n econ�mica hay que establecer, adem�s, un sistema ordenado para formar y reinstruir seg�n un plan a los miembros de mando de las unidades a todos los niveles y fortalecer la instrucci�n de los funcionarios administrativos y econ�micos.

Con vistas a introducir el sistema de trabajo Taean, es indispensable establecer de modo estricto el r�gimen de balance diario de la producci�n y las finanzas, concebido por nuestro Partido.

Este es el original r�gimen de gesti�n empresarial masivo a nuestro estilo que responde integralmente a las exigencias del sistema de trabajo Taean.

Se trata del sistema de gesti�n empresarial de las mismas masas, pues cada d�a, la brigada de trabajo, unidad principal, realiza el balance de la producci�n y las finanzas, con la activa participaci�n de las masas productoras, eval�a en colectivo las actividades productivas de la colectividad y de cada miembro, combinando de modo adecuado el est�mulo pol�ticomoral con el material, y va mejorando de manera constante la gesti�n empresarial sobre la base de las opiniones creadoras de las masas. Las experiencias pr�cticas demuestran que ese r�gimen es una forma de gesti�n empresarial masiva ventajosa y de vitalidad que estimula con fuerza la lucha de todos los sectores y las unidades de la econom�a nacional por el aumento de la producci�n y el ahorro y que facilita a las masas productoras cumplir con su responsabilidad y papel como protagonistas reales de la administraci�n empresarial seg�n lo exige el sistema de trabajo Taean.

Ese r�gimen de balance es un poderoso medio tambi�n para regularizar la administraci�n econ�mica. Facilita la regularizaci�n de la gesti�n econ�mica al propiciar que cada miembro de la brigada se encargue de una de las tareas parciales de la administraci�n empresarial como, por ejemplo, las relacionadas con la administraci�n t�cnica, de equipos, de materiales, de mano de obra y de finanzas, adem�s de la producci�n, y que las masas productoras mismas realicen el balance del cumplimiento del plan diario de producci�n, en vinculaci�n con el de la administraci�n financiera.

Al afianzar, profundizar y desarrollar este sistema de balance diario, cuya justeza y superioridad se ha comprobado en la pr�ctica, debemos procurar que la vitalidad del sistema de trabajo Taean se manifieste m�s patentemente.

Debemos cumplir de manera sustancial las tareas de generalizar los �xitos y las experiencias obtenidas en la aplicaci�n del sistema de trabajo Taean, detectar las desviaciones que la frenan y rectificarlas una tras otra sobre la base de una metodolog�a cient�fica.

El sistema de trabajo Taean es una forma de gesti�n econ�mica ideal para el presente y el futuro de la edificaci�n del socialismo y el comunismo. Defenderlo y aplicarlo es la llave fundamental para lograr un ascenso revolucionario en la construcci�n econ�mica socialista, frustrando las maquinaciones antisocialistas de los imperialistas y los socialdem�cratas contempor�neos y sacando el partido m�s provechoso de la superioridad del r�gimen econ�mico socialista.

Todos los dirigentes econ�micos y trabajadores se esforzar�n con tes�n para defender e introducir el sistema de trabajo Taean, perfeccionando sin cesar la direcci�n y la administraci�n de la econom�a socialista.

 

 

3.

ACERCA DEL METODO DE ADMINISTRACION DE LA ECONOMIA SOCIALISTA

 

El problema sobre el m�todo de la administraci�n tiene una enorme importancia en la teor�a y la pr�ctica de la gesti�n de la econom�a socialista.

La econom�a socialista se administra y gestiona mediante ciertos m�todos, los cuales ejercen una gran influencia en el fortalecimiento y el desarrollo del sistema de la econom�a socialista en conjunto. Como este sistema socialista ha sido establecido sobre la base de haberse liquidado el sistema capitalista mediante la revoluci�n, es preciso concebir un nuevo m�todo para su administraci�n y gesti�n partiendo de los principios socialistas. El sistema econ�mico en la sociedad socialista es de car�cter socialista, pero si se administra con el m�todo capitalista, este sistema se embrolla poco a poco y no se manifiesta su superioridad y es posible que el mismo r�gimen socialista corra el peligro.

La teor�a revolucionaria precedente de la clase obrera no dio una respuesta correcta al problema del m�todo de direcci�n y administraci�n de la econom�a socialista. En el pasado, muchos pa�ses socialistas, por carecer de una clara teor�a y de experiencia pr�ctica en cuanto al m�todo de administraci�n de la econom�a socialista, introdujeron, sin una actitud cr�tica, los m�todos de gesti�n de empresas que se aplicaban entonces en los pa�ses capitalistas desarrollados, y como consecuencia sus m�todos de administraci�n econ�mica ten�an muchos elementos capitalistas.

La tarea hist�rica de establecer un nuevo m�todo de administraci�n de la econom�a socialista, pudo concretarse por primera vez y de modo exitoso gracias a la teor�a jucheana referente a la administraci�n de la econom�a socialista, la cual da respuestas integrales y cient�ficas a todas las cuestiones de principios que se presentan en la soluci�n del problema de dicho m�todo, desde la esencia de �ste y el principio de su aplicaci�n hasta su metodolog�a concreta.

La gesti�n de la econom�a socialista es un proceso en que la direcci�n pol�tica, la econ�micot�cnica y la administrativoorganizativa, se efect�an en estrecha combinaci�n, en el cual se emplean diversos medios y maneras. Movilizar a los hombres con esos medios y maneras constituye precisamente el m�todo de administrar la econom�a socialista.

Todos los m�todos que se aplican en la administraci�n de la econom�a socialista deben ser, en su esencia, de car�cter colectivista. En otras palabras, tienen que basarse en el colectivismo y servir para materializarlo. El colectivismo exige que se realicen de modo consecuente los intereses del colectivo concedi�ndoles preferencia y que a la vez se protejan los de todos sus integrantes. El principio que se debe mantener para la aplicaci�n del m�todo de administraci�n econ�mica en la sociedad socialista es lograr que �ste sea �til para satisfacer las demandas individuales sobre la base de priorizar las del colectivo social conforme a las exigencias del colectivismo, y para prestar la atenci�n principal a la unidad y la cooperaci�n dentro del colectivo y estrecharlas y, sobre esta base, dar rienda suelta a la iniciativa creadora de todos sus miembros.

El individualismo es radicalmente contrario al colectivismo. Basarse en el individualismo y fomentar el ego�smo es el m�todo de administraci�n de la econom�a capitalista, el cual no puede hacer las veces del m�todo socialista bajo ning�n concepto. Si se lo introduce en la administraci�n econ�mica socialista, se van a producir cambios sustanciales en el mismo sistema de la econom�a socialista.

Oponerse al m�todo individualista y mantener el colectivista constituye un asunto importante relacionado con el destino del sistema de la econom�a socialista. De introducirse el m�todo capitalista basado en el individualismo y encaminarse a eliminar la propiedad social de los medios de producci�n y restaurar la privada, de car�cter capitalista en todos los aspectos, se arruinar� la econom�a planificada socialista y se restaurar� la de mercado capitalista. Por supuesto, en la administraci�n de la econom�a socialista pueden aplicarse varios medios y m�todos seg�n las caracter�sticas de las tareas laborales o las circunstancias y condiciones concretas. Pero, en todos los casos deben usarse de acuerdo con el principio colectivista. S�lo entonces el m�todo de administraci�n econ�mica puede convertirse en un medio para consolidar y desarrollar el sistema de la econom�a socialista y poner de manifiesto su superioridad. Debemos rechazar de modo categ�rico cualquier intento de introducir el m�todo individualista en la administraci�n econ�mica socialista, y realizar tesoneros esfuerzos por defender y mantener resueltamente el colectivista y desarrollarlo sin cesar.

Al administrar la econom�a socialista nuestro Partido mantiene el principio de aplicar con preferencia el m�todo pol�tico y combinarlo exactamente con el econ�micot�cnico y el administrativoorganizativo.

En la gesti�n de la econom�a socialista es preciso conceder la atenci�n principal al m�todo pol�tico.

Este es el m�todo m�s importante de la administraci�n econ�mica socialista, implantado por primera vez por nuestro Partido. Consiste en estimular el entusiasmo revolucionario y los esfuerzos creadores de las masas productoras para movilizarlas hacia el cumplimiento de las tareas econ�micas. Este m�todo ejerce un rol m�s activo para la materializaci�n del principio colectivista. En la administraci�n econ�mica socialista, s�lo sobre la base de conceder la atenci�n primordial al m�todo pol�tico para elevar continuamente la conciencia pol�ticoideol�gica de las masas productoras y fortalecer su unidad y cooperaci�n, todos los m�todos pueden aplicarse conforme a la naturaleza colectivista de la sociedad socialista y manifestar plenamente su vitalidad.

Valerse principalmente del m�todo pol�tico significa anteponer la labor pol�tica a todas las dem�s actividades. Proceder as� es un m�todo de movilizar con energ�a a las masas para el

cumplimiento de las tareas revolucionarias, considerando principal la idea y estimul�ndolas en el plano ideol�gico. Los funcionarios directivos de la econom�a deben considerar como el primer proceso de su trabajo la educaci�n de las personas, y, cada vez que organizan la labor econ�mica, tienen que realizar din�micamente, ante todo, la propaganda y la agitaci�n econ�mica en diversas formas y m�todos para darles a conocer a las masas productoras el objetivo y el significado de la tarea econ�mica planteada y su manera de ejecuci�n. Seg�n la exigencia del m�todo pol�tico, deben permanecer siempre dentro de las masas productoras para compartir sus alegr�as y sus penas, y guiar y ayudar a sus hom�logos de instancias inferiores en el plano pol�ticoideol�gico, en lo econ�micot�cnico y en otros aspectos. As� es como lograr que los superiores y los subalternos se unan y cooperen camaraderilmente, logrando desarrollar la producci�n cooperada socialista. Tienen que convertir en una parte de su vida y h�bito ir a las instancias inferiores para ver a las masas productoras, y apoy�ndose en la inteligencia de ellas, encontrar la manera de cumplir la tarea econ�mica planteada y resolver a tiempo y con responsabilidad los problemas pendientes en la producci�n.

Solucionar los problemas presentados en la administraci�n econ�mica mediante el despliegue de los movimientos masivos es una exigencia importante en la materializaci�n del m�todo pol�tico. Desarrollar de modo en�rgico tales movimientos bajo la direcci�n del Partido, tiene un gran significado para fomentar en un alto nivel el esp�ritu colectivista entre las masas productoras y convertir la administraci�n de la econom�a en el propio trabajo de ellas. Las instituciones econ�micas y las empresas deben prestar una gran atenci�n para fomentar en�rgicamente los movimientos masivos de varias formas bajo la direcci�n del comit� del Partido.

El m�todo econ�micot�cnico es un importante medio de gesti�n de la econom�a socialista.

El proceso de administrar la econom�a socialista es el de aplicar leyes objetivas econ�micas y exigencias cient�ficot�cnicas de la producci�n. En la gesti�n de la econom�a socialista este proceso, este trabajo econ�micot�cnico se presenta como una necesidad indispensable, y realizarlo de modo cient�fico y racional es precisamente el m�todo econ�micot�cnico. Este exige controlar de manera unificada todas las actividades de gesti�n, planificarlas y organizarlas. La administraci�n debe regirse estrictamente de acuerdo con un plan perfecto donde se calculen detalladamente los factores que se ejercen sobre la producci�n y las actividades empresariales.

Planificar las actividades de gesti�n es indispensable para la econom�a planificada socialista y la producci�n moderna de gran envergadura. S�lo cuando las instituciones econ�micas y las empresas planifiquen sus actividades de gesti�n, seg�n la l�nea y pol�tica del Partido y el �nico plan de la econom�a nacional del Estado, pueden desarrollar la econom�a conforme a los intereses comunes de la sociedad y realizar con �xito la reproducci�n ampliada socialista mediante el establecimiento correcto de las relaciones complejas y m�ltiples entre las unidades de producci�n que forman un cuerpo org�nico econ�mico. La planificaci�n de las actividades de gesti�n posibilita que sobre la base del plan unitario estatal de la econom�a nacional, los organismos de direcci�n econ�mica tracen un plan de operaci�n y las empresas elaboren el plan concreto de lucha y seg�n esos planes realicen las actividades econ�micas con un fin bien definido, lo que imprimir�a un progreso continuo en la producci�n y la administraci�n.

A fin de cumplir la tarea productiva en lo cualitativo y cuantitativo y seg�n los �ndices, y para alcanzar grandes �xitos econ�micos, es necesario que en las actividades de gesti�n, se esmeren, sobre la base de los fundamentos cient�ficos, en la organizaci�n de la producci�n, la administraci�n t�cnica, el suministro de materiales, la organizaci�n del trabajo, la entrega de los productos y la gesti�n financiera. Lo principal en la organizaci�n de las actividades de gesti�n, es establecer cient�ficamente el orden y la norma de la administraci�n econ�mica, bas�ndose en el colectivismo, y lograr que todos los trabajadores los cumplan rigurosamente. En la moderna econom�a socialista de gran envergadura, donde la producci�n se realiza en procesos simult�neos y continuos sobre la base de la divisi�n del trabajo y la cooperaci�n altamente desarrolladas, incluso un peque�o hecho no organizativo ejerce gran influencia negativa sobre el conjunto de la producci�n e imposibilita que se manifiesten plenamente sus ventajas. Las instituciones econ�micas y las empresas deben elaborar un plan objetivo y cient�fico, sobre la base de un minucioso c�lculo econ�mico y t�cnico, y realizar de modo sustancial la labor organizativa para su cumplimiento, su evaluaci�n y su balance. Tienen que prestar mucha atenci�n a la labor organizativopr�ctica encaminada a establecer perfectamente las relaciones entre las unidades de producci�n, el orden de prioridad de los procesos de producci�n, los lazos entre los trabajos de gesti�n por sectores y el orden de ejecuci�n.

Uno de los contenidos m�s importantes del m�todo econ�micot�cnico es intensificar la direcci�n cient�ficot�cnica de la producci�n. Como en la moderna econom�a socialista de gran envergadura el proceso de producci�n es precisamente el t�cnico, es preciso dirigir la producci�n de manera cient�ficot�cnica. Esta direcci�n debe lograr que se materialicen correctamente las exigencias cient�ficot�cnicas en todos los procesos de planificar, preparar y efectuar la producci�n. Es indispensable calcular con exactitud los factores t�cnicos en la elaboraci�n del plan de producci�n, priorizar el aspecto t�cnico en la preparaci�n de la producci�n y ejecutar en la mejor forma la administraci�n t�cnica de manera que el proceso productivo se lleve a cabo de acuerdo con la exigencia cient�ficot�cnica. Las instituciones econ�micas y las empresas deben intensificar la direcci�n cient�ficot�cnica para elevar sin cesar la efectividad productiva. Planificar y organizar en alto grado las actividades de gesti�n, y convertir de modo resuelto la direcci�n en la productiva, en direcci�n cient�ficot�cnica, es un m�todo moderno y cient�fico apropiado a la econom�a socialista, el cual debe materializarse de modo m�s profundo a medida que se desarrolle esta econom�a. Nuestro Partido defini� este m�todo como el m�todo empresarial y tom� medidas para aplicarlo activamente en la administraci�n de todos los sectores de la econom�a nacional, incluyendo el agr�cola. Como nos ense�� el gran L�der, el m�todo empresarial significa, de hecho, el m�todo industrial. Los organismos econ�micos y las empresas tienen que lograr un nuevo cambio en la planificaci�n y la organizaci�n de las actividades de gesti�n y la intensificaci�n de la direcci�n cient�ficot�cnica.

El est�mulo material, siendo el reflejo del car�cter transitorio de la sociedad socialista, constituye un importante aspecto de la materializaci�n del m�todo econ�micot�cnico. Se realiza a trav�s de la aplicaci�n de las leyes y categor�as econ�micas que reflejan el car�cter transitorio de la sociedad socialista, las cuales deben utilizarse como palancas econ�micas que estimulan y controlan para materializar con mayor eficiencia el principio colectivista. Como ellas est�n relacionadas con los vestigios de la vieja sociedad, pueden actuar de modo eficiente para la puesta en pr�ctica del principio colectivista o ayudar a pro mover los factores capitalistas, seg�n la forma en que se aplican. El est�mulo material, esclarecido por la teor�a jucheana sobre la administraci�n econ�mica socialista, es en todos los casos, un medio econ�mico que sirve a la materializaci�n del principio colectivista. Debe aplicarse correctamente como tal para ejecutar mejor este principio sobre la base de conceder la atenci�n primordial al m�todo pol�tico.

En la sociedad socialista hay que poner en pr�ctica el sistema de autofinanciamiento y el principio de distribuci�n socialista de tal modo que correspondan mayores dividendos y evaluaciones a los colectivos y personas productores que trabajaron y contribuyeron m�s a los intereses del Estado y de la sociedad. Esto no entra en contradicci�n con el principio colectivista que considera los intereses colectivos y los individuales en estado de uni�n, al contrario es una condici�n para aplicarlo mejor. Para que el sistema de autofinanciamiento sirva de un medio econ�mico para la materializaci�n del principio colectivista es preciso conceder autonom�a relativa a las empresas y observar correctamente el principio de evaluar mejor a las empresas que reporten m�s ganancias al Estado. S�lo as� es posible asegurar de lleno tanto los intereses del Estado como los de los colectivos productores. Para que las palancas econ�micas utilizadas para la aplicaci�n del principio de distribuci�n socialista correspondan con el principio colectivista, es necesario emplearlas bajo la direcci�n unificada del Estado. S�lo as�, es posible que el ingreso nacional obtenido se distribuya racional e imparcialmente entre el Estado y los productores, y asegurar justamente tanto los intereses estatales como los individuales.

En la sociedad socialista, tambi�n otras categor�as econ�micas tales como el costo de producci�n, el precio, la ganancia y la rentabilidad, relacionadas con la acci�n de la ley del valor, deben utilizarse correctamente como medios secundarios para el desarrollo planificado y equilibrado de la econom�a nacional y la racionalizaci�n de la administraci�n empresarial. Lo principal en el uso de la ley del valor de acuerdo con la naturaleza colectivista de la sociedad socialista, es mantener con firmeza el principio de precios �nicos. S�lo cuando, bajo la direcci�n unificada del Estado, se fijen los precios de los productos y los pagos de servicios, es factible que la forma del valor se utilice correctamente como un medio secundario para la administraci�n planificada de la econom�a nacional.

Es necesario aplicar con exactitud el m�todo administrativoorganizativo en la gesti�n de la econom�a socialista.

A fin de administrar bien la econom�a socialista es necesario aplicar correctamente el m�todo administrativoorganizativo para mover a los organismos econ�micos, las empresas y sus miembros, seg�n los medios y el orden administrativos.

El m�todo administrativoorganizativo se distingue, en esencia, del burocr�tico. Este gobierna a las personas mediante la autoridad y las �rdenes, pero aqu�l consiste en organizar y asegurar las actividades econ�micas independientes y creadoras de las masas populares vali�ndose de los medios y m�todos administrativos. Por supuesto, este m�todo exige que los funcionarios directivos y los trabajadores sean disciplinados para cumplir obligatoriamente las leyes y reglamentos del Estado, as� como las resoluciones y directivas administrativas, y tiene un car�cter autoritario, ya que se imponen sanciones administrativas y legales cuando �stos se infringen. Pero, �sta no es una autoridad para gobernar a las masas populares sino, una autoridad ejercida por ellas mismas. La funci�n autoritaria del Estado socialista representa el derecho de las masas populares a la independencia y, en todos los casos, se ejerce contra los actos que da�an ese derecho de ellas y sus intereses.

En la aplicaci�n del m�todo administrativoorganizativo lo importante es determinar correctamente la relaci�n de delimitaci�n de las responsabilidades y las autoridades. Es preciso deslindarlas claramente para los organismos centrales y locales de direcci�n administrativoecon�mica, para las empresas y para sus unidades y miembros. S�lo entonces todas las personas que participan en las actividades econ�micas, seg�n las claras asignaciones administrativoorganizativas pueden cumplir con su responsabilidad, desde su posici�n.

Hay que establecer correctamente cosas como leyes, reglamentos, reglas detalladas, y directivas laborales del Estado, relacionados con la gesti�n econ�mica, y apoy�ndose estrictamente en ellos coordinar y controlar las actividades econ�micas de las personas. S�lo as�, es posible implantar una rigurosa disciplina en el cumplimiento del plan, la producci�n, la administraci�n del trabajo y los bienes, as� como en las finanzas. Las leyes, los reglamentos, las reglas detalladas y las directivas laborales del Estado son importantes medios administrativoorganizativos. Hay que revisarlos y perfeccionarlos con forme al sistema de la administraci�n econ�mica socialista y la exigencia del desarrollo de la realidad. Es indispensable realizar tesoneros esfuerzos en dos frentes: educaci�n y control, para que todos los funcionarios directivos y trabajadores comprendan claramente y observen rigurosamente lo estipulado en ellos.

Es necesario establecer cabalmente el r�gimen de adoptar y despachar a tiempo y correctamente resoluciones e instrucciones administrativas, de ejecutarlas sin falta y de informar al respecto. Esas resoluciones e instrucciones son medios importantes para mover de manera organizada a los funcionarios directivos y a los trabajadores. Desde el punto de vista administrativo, puede decirse que la gesti�n econ�mica que gu�a las actividades econ�micas de las personas es una labor encaminada a dar a tiempo las �rdenes y las directivas necesarias y a indagar, coordinar y controlar su ejecuci�n exacta. S�lo estableciendo este r�gimen, es posible implantar un ordenado sistema de direcci�n administrativa y realizar satisfactoriamente la direcci�n centralizada del Estado. Los organismos administrativos y econ�micos y las empresas deben esforzarse mucho para fortalecer la disciplina administrativoorganizativa.

En la gesti�n econ�mica socialista, el m�todo pol�tico, el econ�micot�cnico y el administrativoorganizativo, est�n estrechamente relacionados entre s� y se aplican en un proceso unitario. El m�todo pol�tico es preponderante, raz�n por la cual s�lo concedi�ndole atenci�n primordial, es posible aplicar con �xito el m�todo econ�micot�cnico y el administrativoorganizativo, apoy�ndose en el celo consciente y la actividad creadora de las masas. Por otra parte, el m�todo pol�tico puede alcanzar plenamente su objetivo s�lo cuando se combine con los otros dos m�todos. Estos dos m�todos se emplean uni�ndose en un mismo proceso, restringi�ndose y complement�ndose uno por otro en la pr�ctica de la administraci�n econ�mica. El m�todo econ�micot�cnico no puede ser efectivo sin el respaldo del administrativoorganizativo, el cual puede valer s�lo cuando sirve de medio para asegurar, en el plano administrativoorganizativo, la aplicaci�n del m�todo econ�mico y t�cnico.

Es imprescindible que el m�todo principal de la gesti�n econ�mica socialista sea apoyado y concretado por una detallada metodolog�a de desarrollo del trabajo.

A medida que se aumenta el tama�o de la econom�a y se eleva el nivel de la dotaci�n t�cnica para la producci�n, tambi�n se va especializando y subdividiendo la funci�n de gesti�n de la econom�a y en ella participan muchas personas con distintos cargos y oficios. En la pr�ctica de la administraci�n de la econom�a socialista se crean diversas y complejas situaciones.

La realidad demuestra que s�lo estableciendo una metodolog�a detallada del despliegue laboral es posible obtener grandes �xitos en la gesti�n de la econom�a socialista.

Hay que elaborar correctamente la metodolog�a de administraci�n general para el despliegue del trabajo.

Se trata de una metodolog�a con la que los directivos de la econom�a controlan y dirigen de modo unitario todas las actividades de producci�n y de gesti�n. La direcci�n de ellos se realiza a trav�s de los procesos de elaboraci�n de planes de operaciones y su organizaci�n, de investigaci�n, coordinaci�n y control. Las actividades de los directivos econ�micos consisten en repetir sin cesar las labores de planear y organizar los trabajos econ�micos de las personas, de investigarlos, coordinarlos y controlarlos para cumplir a tiempo y con exactitud las tareas trazadas por el Partido y el Estado. El plan cient�fico y audaz, la organizaci�n esmerada y la sistem�tica investigaci�n, coordinaci�n y control, son precisamente, los puntos fundamentales que se deben mantener en la administraci�n integral. Los trabajadores directivos deben establecer correctamente una metodolog�a de administraci�n integral y aplicarla para que dichos procesos se realicen por orden y sobre fundamentos cient�ficos.

Es necesario establecer con acierto m�todos y modos de realizaci�n de las actividades por sectores de la administraci�n como las de organizaci�n de la producci�n, de mantenimiento t�cnico, de suministro de materiales, de administraci�n del trabajo y de finanzas. Estas actividades tienen sus propios objetos y caracter�sticas, raz�n por la cual deben organizarse y desplegarse bien, por orden, en una correlaci�n estrecha seg�n una metodolog�a espec�fica para que se realice con �xito la gesti�n econ�mica. Los directivos econ�micos, introduciendo logros de la ciencia econ�mica de sus ramas, tienen que establecer metodolog�as concretas para organizar y desarrollar dichas actividades administrativas, y mejorarlas y cumplimentarlas de continuo.

Es imprescindible implantar una metodolog�a cient�fica que responda a la exigencia de la modernizaci�n de la econom�a nacional y su fundamentaci�n cient�fica. La realidad en que se agranda la dimensi�n de la econom�a y se aceleran con energ�a los procesos de su modernizaci�n y fundamentaci�n cient�fica, exige con urgencia administrar la econom�a sobre la base de una metodolog�a cient�fica apropiada.

Para establecer esta metodolog�a es imprescindible esmerarse en el trabajo econ�micoorganizativo conforme a las le yes econ�micas y las exigencias tecnol�gicas de la producci�n y, al mismo tiempo, introducir a gran escala medios t�cnicos modernos. Con vistas a impulsar el proceso de fundamentaci�n cient�fica de las actividades de gesti�n mediante la introducci�n de las computadoras y otros medios t�cnicos modernos, es preciso aprovechar bien, de acuerdo con la realidad, los �xitos alcanzados en la cibern�tica econ�mica y el m�todo matem�tico econ�mico. Debemos perfeccionar la metodolog�a cient�fica para introducir ampliamente estos medios en la administraci�n econ�mica y utilizarlos de acuerdo con la situaci�n del pa�s.

El car�cter revolucionario y cient�fico de la teor�a jucheana sobre la administraci�n de la econom�a socialista y su vitalidad ilimitada, ya han sido comprobados plenamente en la pr�ctica.

Nuestro Partido al tomar como gu�a rectora esta teor�a y dirigir sabiamente los esfuerzos encaminados a resolver el problema de la gesti�n de la econom�a socialista, ha logrado conducir la construcci�n econ�mica socialista por un camino victorioso brillante, sin sufrir ni la menor desviaci�n ni altibajos.

Tenemos que armarnos firmemente de esa teor�a y materializarla de modo m�s consecuente en la pr�ctica de la gesti�n econ�mica para poner de manifiesto en el m�s alto grado las ventajas de nuestro socialismo centrado en las masas populares y as� acelerar vigorosamente el movimiento de avance hacia el socialismo y el comunismo.

Para lograr que los directivos econ�micos se armen firmemente con la mencionada teor�a y la apliquen cabalmente en la pr�ctica, el Instituto Superior de Econom�a Nacional, centro de formaci�n de cuadros para cargos importantes en la gesti�n econ�mica del Estado, asume una misi�n muy importante.

Su misi�n principal es preparar a los estudiantes como dignos cuadros de la administraci�n econ�mica estatal que sir van con ilimitada fidelidad c�vica y filial al Partido y al L�der e impulsen, con vigor y a nuestro estilo, la construcci�n del Po der popular y de la econom�a socialista.

El Instituto debe intensificar la instrucci�n te�rica para armar firmemente a los estudiantes de la concepci�n del Juche sobre la revoluci�n y la teor�a de la administraci�n econ�mica del Estado y, al mismo tiempo, darles una buena formaci�n pr�ctica a fin de regularizar la gesti�n econ�mica. En la instrucci�n para regularizar la gesti�n econ�mica deben impartirse de modo substancial las clases y los seminarios para que se adquieran los conocimientos de administraci�n y las reglas de la gesti�n econ�mica, y elevar a un grado superior la calidad de los ejercicios y la pr�ctica con vistas a dar a conocer los m�todos de la gesti�n econ�mica. El Consejo de Administraci�n, los comit�s y los ministerios, y otros organismos centrales, as� como los administrativos y econ�micos locales y las empresas deben establecer ordenadamente un sistema de pr�ctica para los estudiantes del Instituto y asegurarles �ptimas condiciones. Por su parte, el Instituto debe continuar complementando el m�todo de ejercicios en las salas de estudio por ramas de la econom�a nacional y el de pr�ctica sobre el terreno, y acondicionar apropiadamente su propia base de pr�ctica.

El Instituto deber� estudiar a fondo una metodolog�a concreta para elevar el nivel de la fundamentaci�n cient�fica y la racionalizaci�n en la gesti�n de las empresas mediante la amplia introducci�n de sistemas computarizados y otros medios t�cnicos modernos para mejorar la calidad de la ense�anza al respecto, y cumplir irreprochablemente su papel como base de difusi�n para la computarizaci�n de la administraci�n econ�mica.

A la vez que le presta atenci�n a la instrucci�n para la superaci�n de los cuadros importantes de los �rganos del Poder popular y de la econom�a, el Instituto debe mejorar decisivamente la calidad de la formaci�n de cuadros de relevo. Es preciso definir correctamente el sistema de ense�anza y las secciones conforme a las exigencias del desarrollo de la realidad en que se profundiza la construcci�n socialista y a su misi�n principal como un centro de formaci�n de cuadros importantes.

Conforme a las condiciones actuales en las que se agranda la dimensi�n de la econom�a del pa�s, se desarrollan r�pidamente la ciencia y la t�cnica y se ha elevado el nivel ideol�gicocultural de los funcionarios en su conjunto, el Instituto debe reorganizar su sistema de ense�anza para la formaci�n de cuadros de relevo. El Instituto debe seleccionar y admitir principalmente a los funcionarios prometedores en activo que despu�s de graduarse en los institutos universitarios generales, han adquirido cierta experiencia laboral, as� como, a los oficiales desmovilizados y otras personas apropiadas para prepararlos como cuadros de la administraci�n econ�mica del Estado.

Conforme a la reorganizaci�n del sistema de ense�anza y de las secciones se debe combinar con acierto las asignaturas y elaborar correctamente el programa docente en el sentido de elevar el nivel te�rico de las asignaturas y mejorar los m�todos

de ense�anza. Como all� son muchas las secciones especializadas, compleja la composici�n del sistema de ense�anza y muy variadas las asignaturas, hay que crear facultades, elevar el papel de las c�tedras y mejorar el conjunto de los trabajos de administraci�n docente. Adem�s, es imprescindible consolidar la base de la investigaci�n cient�fica para profundizar el contenido de la ense�anza, d�ndole prioridad a la labor pertinente.

En el Instituto deben esforzarse tesoneramente por elevar las cualidades cient�ficote�ricas, y pr�cticodocentes de los profesores.

Adem�s, tienen que estudiar con profundidad los problemas te�ricopr�cticos que se plantean para mantener y materializar el sistema de trabajo Taean y otros sistemas jucheanos de administraci�n econ�mica socialista, tomar medidas cient�ficas y adoptar una metodolog�a concreta para su soluci�n con miras a prestar una ayuda efectiva en el mejoramiento de la gesti�n econ�mica socialista. Deben combatir con intransigencia, en la gesti�n econ�mica del Estado la ideolog�a burguesa reaccionaria y la corriente ideol�gica de la socialdemocracia contempor�nea, e impedir que en nuestro seno penetre el menor elemento de cualesquiera ideas espurias, contrarias a nuestra original teor�a sobre la administraci�n econ�mica estatal. Deben desa rrollar con energ�a las actividades de difusi�n te�rica para armar firmemente a los cuadros, militantes del Partido y dem�s trabajadores con la idea y la teor�a de nuestro Partido respecto a la gesti�n econ�mica estatal y, al mismo tiempo, divulgar ampliamente en el exterior la teor�a de administraci�n econ�mica de nuestro Partido y las experiencias acumuladas en la formaci�n de cuadros del sector.

Los encargados directos del trabajo docente son profesores. Su papel activo garantiza la calidad de la ense�anza. Los profesores del Instituto, con la conciencia de ser abanderados de la

lucha por apoyar y materializar la idea y la teor�a del Partido, deben esforzarse tesoneramente para poseer altas cualidades docentes y nobles rasgos y cumplir con responsabilidad la labor de educaci�n.

La fidelidad c�vica y filial de los estudiantes al Partido y el L�der se exhibe en el estudio y la vida partidista. Si no realizan extraordinarios esfuerzos para armarse de modo firme de la concepci�n revolucionaria sobre el L�der, asimilar ricos conocimientos de su especialidad y de otras m�ltiples materias, y poseer un alto esp�ritu partidista, no pueden decir que tienen un alto grado de fidelidad c�vica y filial. Les compete la tarea de materializar consecuentemente el principio de dar prioridad al estudio e intensificar la vida partidista, para prepararse s�lidamente como funcionarios de la administraci�n econ�mica del Estado con un alto nivel pol�ticoideol�gico y capacidad te�ricopr�ctica y dar ejemplo en adquirir los rasgos del revolucionario.

En el Instituto les asegurar�n a los profesores, empleados y estudiantes condiciones id�neas para la ense�anza, la pr�ctica y la vida. Tienen que poner a funcionar con propiedad los gabinetes de estudio por ramas de la econom�a nacional, esforzarse continuamente para modernizarlos y lograr su fundamentaci�n cient�fica conforme a las exigencias del desarrollo de la realidad, as� como tomar medidas para garantizarles los equipos y materiales necesarios. Deben dotar y utilizar debidamente la biblioteca, y asegurar �ptimas condiciones de estudio para los estudiantes. La secci�n de intendencia del Instituto debe esforzarse mucho para garantizar mejores condiciones de vida a los profesores, empleados y estudiantes. Adem�s, es necesario tomar medidas para mejorar el servicio de abastecimiento en este centro docente.

Para llevar a feliz t�rmino las tareas que tiene el Instituto es preciso elevar el papel de su comit� primario del Partido. Este comit� intensificar� la direcci�n partidista sobre la administraci�n docente y el mantenimiento del plantel con vistas a materializar cabalmente la orientaci�n del Partido acerca de la formaci�n de los cuadros. Fortalecer� tambi�n la direcci�n sobre la vida partidista de los profesores, empleados y estudiantes para lograr que ellos manifiesten su lealtad c�vica y filial al Partido y al L�der y cumplan con responsabilidad las tareas revolucionarias asumidas.

El Partido deposita en el Instituto gran confianza y esperanza para impulsar la empresa de la transformaci�n de toda la sociedad seg�n la idea Juche mediante el fortalecimiento del Poder popular y la aceleraci�n en�rgica de la construcci�n econ�mica socialista. En el futuro tambi�n, como lo ha sido hasta el momento, el Instituto Superior de Econom�a Nacional debe ser un instituto del Partido que establezca con firmeza la concepci�n revolucionaria sobre el L�der, siga con fidelidad la direcci�n del Partido, comparta con �l el mismo destino y le sirva con lealtad.

Estoy plenamente seguro de que el Instituto, apoyando totalmente el prop�sito del Partido de seguir llevando adelante, hasta su culminaci�n brillante, la causa revolucionaria del Juche, cumplir� de modo impecable su honrosa misi�n y deber.