Ludovico Hurtado


 

El periódico unificó al partido

 

 


Primera vez publicado: En Patria Roja, edición no. 100 (1984?).
Fuente del Texto:  Claridad: La historia bien contada, No. 14 (Perú, julio de 2021).
Esta Edición: Marxists Internet Archive, junio de 2024.
Transcripción y HTML: Juan R. Fajardo, junio de 2024.



  
 

 


Patria Roja: ¿De qué manera el periódico cumplió con su papel de orientar la lucha política durante la década del 70?

Ludovico Hurtado: Creo que allí el periódico cumplió un papel de gran importancia en cuanto a las condiciones concretas. Lo primero que logró fue la unidad en las filas de la Organización, no sólo en el terreno político sino también en el teórico. Unificación del Partido para afrontar dos problemas: primero, el desafío de la propuesta reformista burguesa del régimen militar que asumiendo o formulando de manera demagógica algunas propuestas, supuestamente socialistas, confundieron a una serie de sectores, no solamente entre los trabajadores sino también en la propia Izquierda.

En el Partido no podemos decir que este problema no dejó de hacerse sentir y adquirió una cierta presencia, pero fue mucho menor, precisamente porque el periódico fue un instrumento sumamente eficaz, para impedir que en el Partido se generasen estas corrientes que se dieron en otras organizaciones políticas de la Izquierda peruana. En ese sentido el periódico fue un factor de unificación orgánica, política y teórica, con limitaciones, por cierto. Limitaciones que fueron siendo superadas poco a poco. El periódico también sirvió, en segundo lugar, para ayudar al Partido a zanjar con los remanentes liquidacionistas al interior de la Organización. Esto, lo vuelvo a repetir, es un problema mucho más complejo, que recién a mediados de la década del ‘70 logró resolverse casi definitivamente.

PR: En los inicios de la salida del periódico, se observa que éste salía con un espacio de varios meses entre uno y otro. ¿De qué manera complementaban este vacío? ¿A qué se debieron estos largos períodos de vacío?

JH: Ello era en parte la expresión de las debilidades del Partido. Debilidades no solamente en cuanto a recursos económicos, sino también de tipo teórico, político del Comité Central del Partido, que hacía que el trabajo de elaboración teórica, de la formulación de la propaganda, de la elaboración de los diversos documentos y del periódico, descansara en un número muy reducido de cuadros, en un número muy pequeño de dirigentes. Por otro lado, las condiciones mismas de la impresión no eran las más adecuadas, hay que tener en cuenta que el Partido realizaba todo su trabajo en forma clandestina, que desde un comienzo planteó de una manera clara, firme, la oposición al régimen militar, en los aspectos que lo marcaban como una dictadura autoritaria, vertical, que conculcaba los derechos democráticos y las libertades políticas de las masas. Por tanto, las condiciones de trabajo eran bastante difíciles. Esta situación, de una u otra manera, pudo ser superada por que en aquellas circunstancias la propaganda, el trabajo de la prensa y la agitación, se desarrollaban de diversas maneras, echando mano a diversos mecanismos e instrumentos.

Indudablemente que ésta también era una situación bastante difícil y precaria, donde se empezaba de menos a más tratando siempre de mejorarlas cosas, tanto en la forma como en el contenido. En aquellas circunstancias, además del periódico, era casi común que el Partido cada cierto tiempo sacase pronunciamientos, comunicados, plantean-do su posición y puntos de vista sobre los diversos problemas que acontecían en el quehacer nacional. Por otro lado, las bases, siendo precarias en su número hacían un gran trabajo de propaganda y de agitación a través de las campañas mura-les. Por cierto hoy en día, vemos que no se expresa de la misma manera, hemos descuidado un poco el trabajo de educación, de adiestra-miento y aprendizaje. De la misma manera, los frentes de trabajo respectivo sacaban sus hojas de prensa y de propaganda: de esa manera se podía cubrir el vacío que dejaba el periódico.

PR: En los años 70 al 73, van a la lucha una serie de organizaciones, tales como el SUTEP, los obreros de Cobriza, etc. ¿De qué manera el Partido influyó, orientó, estos movimientos?

JH: Lo que hizo el periódico con relación al movimiento obrero y popular, en esas circunstancias fue el resultado de la decisión que tomó el Comité Central del Partido de tratar de ganar terreno, de ganar influencia política, en el seno del movimiento obrero, en el seno de los trabajadores.

Uno de los puntos débiles del Partido estaba en la escasa influencia en las masas de la clase obrera. Se tomó la decisión política de prestar atención adecuada al trabajo en ese sector y en ese aspecto sirvió mucho el papel que jugó el sindicato de maestros, dirigido y construido por el Partido, sus militantes y sus cuadros.

El SUTEP logró un gran prestigio, una gran influencia en el movimiento obrero y popular, que por encima de las limitaciones de representar a trabajadores vinculados al trabajo intelectual y no a la industria, impregnó al sindicato una línea de clase, independiente, que inclusive planteaba de manera general la necesidad del Socialismo.

En aquellas circunstancias, esta era una posición de y una línea de avanzada del movimiento obrero. Con estos criterios y a través del periódico es que ei Partido se plantea ganar posiciones dentro del movimiento obrero, lleva la tarca de reorientación del movimiento sindical. particularmente, la central obrera: La CGTP.

En aquellos momentos se dan grandes batallas en el seno del movimiento obrero, por sacar adelante una línea sindical de clase independientes, que marcase distancias con el colaboracionismo y el reformismo, que se venían implementando desde algunos partidos de Izquierda. En esta esforzada labor, la prensa jugó un papel trascendente desde el punto de vista del esclarecimiento, de la difusión, de la propaganda partidaria, de una línea sindical de clase, al servicio de los trabajadores y los intereses del país.

PR: ¿De dónde viene el nombre de PATRIA ROJA?

JH: PATRIA ROJA era el nombre de un Comité del Partido, que en el año ‘67 lo llamábamos Comité Político-Militar PATRIA ROJA, que comprendía los departamentos del centro del país, lo que hoy en día constituye la zona de emergencia. Y tenía un vocero que no era un periódico sino un boletín que llevaba el mismo nombre. El boletín sirvió de instrumento para llevar a la militancia de aquella región los puntos de vista de la dirigencia de ese Comité en la lucha contra la línea Iiquidacionista de Saturnino Paredes. Esto le dio cierto prestigio en el conjunto del Partido. De tal manera que cuando se planteó la constitución de la Comisión Reorganizadora del Partido, hubo que buscar el nombre del vocero de esa Comisión Reorganizadora , que a la larga iba a ser la futura dirección del Partido en su nueva etapa, y se escogió el nombre de PATRIA ROJA.

PR: ¿Cómo se interrelacionaba la Dirección del Partido con el periódico?

JH: La misma precariedad del Partido, pequeño, con un número reducido de dirigentes, siendo aspecto de debilidad también facilitaba una cosa, el hecho de que el periódico era, quizás el trabajo número uno de esa dirección. Casi todos los dirigentes teníamos que ver con el periódico, ya sea en su elaboración, redacción e incluso con la misma impresión del periódico. Eso permitía que el órgano de expresión pudiese recoger de una manera más directa y más intensa, la posición y la preocupación de la dirección. Quizás porque comprendíamos que las condiciones en que se encontraba la organización y la exigencia de la lucha de los trabajadores, obligaban a que el problema principal, la actividad principal de la Dirección del Partido se centrase en el periódico, para tener un organismo, un instrumento capaz de llevar a la militancia, a los trabajadores de vanguardia, la posición, puntos de vista del Partido, jugando así el periódico un papel de correo de transmisión, no solamente de orientación sino de unificación en .el terreno político, programático y orgánico.

PR: ¿Y la relación con las bases?

JH: La Dirección del Partido tiene que cautelar y cuidar el mantenimiento de la línea expresada a través del periódico, es una tarea; pero los militantes también deben participar en el enjuiciamiento crítico de lo que va en el periódico, en la tarea de hacer llegar a los organismos de redacción del periódico, la información, las experiencias que se viven en sus bases, en sus centros de trabajo, en sus centros de lucha, como también en la tarea de difundir y hacer que el periódico llegue al mayor número de militantes y trabajadores en el país, como también lograr el financiamiento adecuado para que pueda salir de manera permanente. Es un problema que compete a todos. No es un problema que compete únicamente a la Dirección Nacional.