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Marta Harnecker

 

 

Fran�ois Houtart, una persona maravillosa, tan sencilla y tan bondadosa

 

 

 


Fuente del texto: Rebelión (https://rebelion.org), quien lo publicó con el permiso de la autora bajo una licencia de Creative Commons CC BY-NC-ND 2.5 ES, 08 de junio de 2017.
Esta edici�n: Marxists Internet Archive, agosto 2022.  Se publica aquí por cortesía de Michael Lebowitz y Camila Piñeiro Harnecker.


 

 

Fran�ois era una persona maravillosa, tan sencilla y tan bondadosa. Cuesta imaginar que detr�s de su sonrisa amable y de la ternura que reflejaba su mirada, se escondiera una personalidad tan fuerte y con tan grandes dotes de organizador.

Recorri� una enorme cantidad de pa�ses, no para hacer turismo sino para: estudiar y divulgar experiencias transformadoras; educar a l�deres y activistas sociales en muchos de esos pa�ses; servir de puente entre sectores que ten�an problemas para establecer una relaci�n armoniosa; sembrar la esperanza de la posibilidad de construir un mundo mejor.

Tuve la suerte de recibir sus informes de viajes, siempre muy instructivos y reflexivos. En cada viaje el aprend�a y nos hac�a aprender.

A pesar de su intensa actividad y m�ltiples compromisos, era capaz de leer los trabajos de otros y dar su opini�n sugiriendo ideas que los har�an m�s completos.

Estuvo siempre preocupado de fortalecer la hermandad entre quienes luchaban por una transformaci�n social profunda. Estuvo a la cabeza o fue un colaborador cercano de iniciativas antisist�micas de car�cter internacional como las desarrolladas en torno al Foro de Davos, el Foro Social Mundial, el Foro Mundial de Alternativas presidido por Samir Amin, y cuyo secretario ejecutivo era Fran�ois.

Habr�a tantas cosas m�s que decir de este querido amigo que el 7 abril de 2015 cumpli� 90 a�os. El no era un anciano, sino un hombre con mucha �juventud acumulada� -como dicen los abuelos cubanos- y un aguerrido luchador por un mundo alternativo al capitalismo donde la persona humana se pueda desarrollar plenamente. Un mundo en que se restablezca el metabolismo natural que debe existir entre el hombre y la naturaleza; una sociedad socialista en que sea la gente y no una �lite privilegiada la que decida qu� producir y c�mo producir para satisfacer las verdaderas necesidades de la poblaci�n y no las necesidades artificiales creadas por el capitalismo en su loca carrera por obtener ganancias ; una sociedad en que reine la justicia, la paz, la solidaridad y el pleno respeto a las diferencias entre los seres humanos. Una sociedad en que sea posible cumplir el mandamiento cristiano: �Amaos los unos a los otros� .

Gracias Fran�ois por todo lo que nos has dado. Seguir�s estando con nosotros d�ndonos fuerzas para luchar y acompa��ndonos cuando las nubes oculten el sol.

 

Nota: La mayor parte de este texto fue escrito en 2015, para su 90 aniversario.